En 1956, Charlie Forsythe(Viggo Mortensen) muere en la silla eléctrica a 60,000 voltios por un asesinato que no cometió. Cuando el presidio de Creedmore es reabierto 30 años después, el fantasma de Charlie vuelve para vengarse.
Crítica
Puntuación del crítico: 5
Ajustada película de fantasmas y venganza donde Viggo Mortensen, ahora más conocido por Aragorn de “El señor de los anillos”, es un preso criminal de buen corazón pero muy "cool" a la perfección, con la dosis exacta de miradas hurañas y dureza. No entendí por qué Viggo era la viva imagen del prisionero ejecutado en 1956. El caso es que el fantasma quería vengarse del director, quien le había enviado a la silla eléctrica sabiendo que era inocente. Cuando logra su venganza, el fantasma puede "descansar en paz".
Lo mejor son las muertes, en una donde un preso quiere huir de la cárcel pero el fantasma se lo impedirá clavándole tubos por todo el cuerpo y la muerte de un policía que es triturado por alambres espinosos.
Aunque no se ve ningún fantasma en toda la película, solo una luz que recorre toda la cárcel y quema a quien se la cruza, la película inquieta un poco pero deja que desear.
Mola cuando sale el ejecutado al final de la película de la tierra tirando rayos por los ojos.
Chema
Ficha de Película enviada por Jack Skeleton el 30 de Junio de 2004
Renny Harlin se perfilaba ya como un director al que le gustaba realizar muertes "creativas" (en su reciente "Cazadores de Mentes" hace lo mismo). En la peli podemos ver a reclusos quemándose vivos en sus celdas, algunos atravesados por tubos y algun que otro guardia atrapado en alambres y servido en el propio despacho del alcaide. Viggo Mortensen (por aquel entonces aún lejos del salto a la fama) parece salido de un anuncio de Levis y en el apoteósico final podemos ver a un putrefacto y cadavérico Charlie digno para una portada de los Iron Maiden.