Renny Harlin se perfilaba ya como un director al que le gustaba realizar muertes "creativas" (en su reciente "Cazadores de Mentes" hace lo mismo). En la peli podemos ver a reclusos quemándose vivos en sus celdas, algunos atravesados por tubos y algun que otro guardia atrapado en alambres y servido en el propio despacho del alcaide. Viggo Mortensen (por aquel entonces aún lejos del salto a la fama) parece salido de un anuncio de Levis y en el apoteósico final podemos ver a un putrefacto y cadavérico Charlie digno para una portada de los Iron Maiden.