Conmoción en el Albert Hall
|
|
Sinopsis | Ben y Jo MacKenna es una inocente pareja estadounidense que pasa sus vacaciones en Marruecos junto con su hijo Hank. Tras la muerte de un espía en brazos de Ben, cuando se encontraban visitando el mercado de Marrakech, el matrimonio descubre que su hijo ha sido secuestrado y trasladado a Inglaterra. Sin saber en quién confiar, los MacKenna se ven envueltos en una pesadilla de espionaje internacional, asesinatos y angustia.
| |
Crítica | Puntuación del crítico: 9 | No debió gustarle mucho al bueno de Alfred, el resultado final de "El hombre. . ." de 1934, y decidió realizar una segunda versión, ya que parece que la historia le seguía motivando. Tras mas de 20 años y con madurez de genio, nos deleita con otro de sus enormes ejercicios visuales. Es un film en el que los colores llevan una gran carga metafórica, siendo el rojo vivo el que mas predomina, sobre todo en la escena del Royal Albert Hall. Esto denota el partido que le sacaba el genio al tecnicolor mágico de la época, utilizando todas las posibilidades dramáticas que da el cromatismo. Todo ello tendrá su culminación en las posteriores obras maestras del genio: Vértigo, Marnie y Los Pajaros, todas con la ayuda inestimable del fotografo Robert Burks -ignorado y subestimado en muchas ocasiones-. En la película la frivolidad de los protagonistas en sus relaciones con las personas les pasará factura a corto plazo, y a lo largo del resto del metraje. Una trama llevada con gran pulso por Alf, con escenas de un alto calado emocional y visual como el asesinato del hombre que reza el titulo en el mercado de Marruecos, la escalafriante convesación teléfonica con los raptores (con un excepcional plano cenital), los episodios del taxidermista y la iglesia, y sobre todo la culminación en el Albert Hall, una secuencia magistral: sin ninguna palabra, con una composición inmejorable plano a plano, con un crescendo emocional(ayudado por la espléndida cantata) sin igual, y con una simbología en objetos y colores mas recargada si cabe que en Vértigo. En está secuencia además, tenemos el placer de ver al genio de Bernard Herrmann interpretando la cantata de marras. Sensacional como siempre el trabajo de todo su equipo de colaboradores, con especial mención a Robert Burks y su colorista foto. Lamentablemente la banda sonora del mencionado Herrmann, según tengo entendido, se ha perdido para siempre. En la labor actoral (Stewart muy bien como siempre), reseñar el trabajo de los secundarios, sobre todo de la secuestradora, que lo borda siendo su personaje además uno de los mas interesantes de la pelicula debido a sus variaciones a lo largo del film. Quizá lo peor de la película sea Doris Day, aunque cante el famoso y oscarizado tema del "Que será será", que todos nos sabemos, y que es como el suspense hecho canción.
|
|
Al Sampedro | |
|
|
|
|
|
visitantes
|
|
|