Este 15 de marzo se cumplen 70 años de la muerte de H. P. Lovecraft. Como algunos sabrán, Lovecraft ha sido considerado como uno de los más importantes escritores de literatura de terror del siglo XX por su excepcional contribución al género. Fiel lector de Edgar Allan Poe, como gran lector que fue, supo conciliar diversas tendencias de la literatura preternatural para darle un nuevo y radiante enfoque (los entendidos lo han llamado "el giro copernicano de la literatura de terror" y lo han comparado a la importancia de Kant en la filosofía) más materialista, que luego tendría gran impacto en autores posteriores. Sus historias están plagadas de seres informes, venidos de allende el espacio, terribles cultos inmemoriales, ritos paganos secretos y dioses primordiales que anhelan hacerse de nuevo con el poder de nuestro planeta. El terror de Lovecraft no son los fantasmas con cadenas del siglo XIX, sino sombras agazapadas en la noche que susurran en idiomas imposibles, seres aterradores que nuestro cerebro no puede llegar ni a imaginar. Esa nueva forma de ver el terror como algo más cercano es la que se ha introducido en la cultura popular: el cine, la televisión, los cómics, la música (hasta Metallica le dedicó uno de sus grandes himnos, The Call of Ktulu), los videojuegos... hasta los musicales (en Norteamérica triunfa la paródica El shoggoth en el tejado). Lovecraft ha sido el principal culpable de crear una mitología terrible y posmoderna: la de unos dioses primordiales ajenos al hombre, cuyo plan de acción anula totalmente la voluntad humana. Este año se cumplen 70 de la desaparición de Lovecraft, pero su salud es más envidiable que nunca: se suceden las reediciones (Valdemar publica su narrativa completa en una edición extraordinaria), las adaptaciones y las relecturas de su obra. En este aniversario, pues, también constituye una magnífica ocasión para reivindicar al Soñador de Providence como uno de los autores destacados de su tiempo, para espolear su estudio académico (y de paso el de todos los géneros considerados "menores": ciencia ficción, terror, fantasía...) y para fomentar su lectura. Porque, mal que les pese a algunos, Lovecraft ha abandonado el territorio friki para convertirse en uno de los grandes, para jugar en primera división. Nuestro pequeño homenaje al maestro va en forma de cómic: El joven Lovecraft es un tira cómica que recrea con humor la infancia de este autor. Las aventuras que corre bien podrían haberle inspirado sus terroríficas fantasías adultas. Queremos, desde nuestra obra, agasajar a Lovecraft desde nuestro respeto y cariño. Qué mejor época que este año de aniversario para publicar el cómic. En abril, Diábolo lanzará la edición en papel de El joven Lovecraft. Espero de corazón que os guste y nos leáis. Y que disfrutemos de Lovecraft por lo menos 70 años más.
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