Acojonante, hipnótico. Me sorprende el éxito popular que ha tenido, ya que el rock de Pink Floyd en este disco no es un rock fácil de escuchar, un rock masivo (a excepción de Money). Me gusta mucho, aunque prefiero -así de típico soy- The Wall. Aprovecho para recomendar un disco que prácticamente no se ha escuchado ni se habla demasiado de él, que es Final Cut: A requiem to the Postwar Dream. Quizás no llegue al nivel de The Wall o Dark Side of the Moon, pero es muy notable y entre sus piezas están algunas de las políticamente más corrosivas de la banda.