"Mi película más sencilla y pura" John Ford.
Cartel de la película
Caravana de paz
|
Título original | Wagon Master |
Año | 1950 |
Género | Western |
Formato | Blanco_y_Negro |
Duración | 86 |
Director | John Ford |
Guión | Patrick Ford, Frank S. Nugent |
Fotografía | Bert Glennon |
Música | Richard Hageman, Stan Jones |
Reparto | Ben Johnson, Joanne Dru, Harry Carey Jr., Ward Bond, Charles Kemper, Alan Mowbray, Jane Darwell, Ruth Clifford, Russell Simpson, Kathleen O’Malley, James Arness, Francis Ford, Fred Libby, Jim Thorpe, Mickey Simpson, |
|
|
Sinopsis | Travis y Sandy, dos jóvenes tratadores de caballos, aceptan la oferta de guiar a un grupo de mormones que pretenden instalarse en el Oeste, para cultivar tierras fértiles. La caravana emprende un dificultoso viaje por parajes desérticos. Pronto se les unirá un trío de artistas ambulantes, compuesto por una pareja mayor y la joven Denver, de quien Travis no tarda en enamorarse. Pero su encuentro con los Clegg, forajidos a quienes persigue la justicia, agravará la situación.
| |
Crítica | Puntuación del crítico: 9 | John Ford quedó muy contento al terminar esta película principalmente por la razón que pudo hacerla a sus anchas sin ninguna imposición ajena. Cristiano de izquierdas, tal cómo el se consideraba contra los tópicos e imbecilidades que cualquier biografía documentada puede desmentir, aquí expone estas ideas de forma magistral, si bien no es su western más profundo (Védese dicho lugar a Centauros del desierto, El hombre que mató a Liberty Valance, La diligencia, Fort Apache, El gran combate...). El film puede calificarse como una road movie, ya que nos relata el largo viaje por carretera de un grupo de mormones junto a dos jóvenes avispados y amantes de la juerga. El tono de la película es reposado, tranquilo, nostálgico, y apenas hay lugar para la acción. Durante la película veremos la caravana marchar, a veces rápida y alegremente, al ritmo de joviales canciones, en otras partes de forma lenta y reposada, que serán las más abundantes e importantes (así conoceremos profundamentes a los viajeros), entre las cuales encontraremos episodios en los que los personajes se detienen y detienen el viaje, por distintas razones. Es, ante todo, una película de personajes : en la singular caravana Ford dibujará magistralmente las personalidades y relaciones entre los diferentes personajes que la componen (El blasfemo y divertidísimo personaje interpretado por Bond, el enamoradizo Ben Johnson, el avaricioso y vengativo jefe de los Clegg, representación simbólica de lo despiadadas que pueden llegar a ser las ambiciones materiales...). Si bien este microcosmos no posee la profundidad simbólico-individual de La diligencia, uno no puede quejarse de fisuras en el trazo de los personajes. Ford nos habla de un mundo mejor, alejado de los vicios del dinero, en cuya búsqueda encontrarán decenas de obstáculos propuestos por la ¿aleatoria? naturaleza y por el mal, encarnado en los Clegg, una banda de hombres avariciosos y sanguinarios. La película, por tanto, nos habla de la búsqueda utópica de un lugar en el mundo puro, sano, alejado de las enfermedades del sistema. Qué decir de esa magnífica, pura, transparente dirección, inigualable, insuperable, que me hace una y otra vez repetir el tópico de que la cámara de Ford es casi "invisible". La música, también de aires nostálgicos, nutre agradablemente la narración. Las actuaciones son muy correctas. Destacar al siempre maravilloso Ward Bond como el simpático y blasfemo portavoz de los mormones. Las dos subtramas de amor funcionan, sin hacerse en ningún momento (excepto en los últimos minutos del film) trascendentes, pero sabiendo mantener el interés gracias al sobrio guión y la magnífica puesta en escena. Mención aparte a los toques de suspense que tiene el film, provocados por el "secuestro" de la caravana por parte de los Cleggs. Memorable es la escena en que llegan el sheriff y sus hombres y los bandidos se escondan apuntando con pistolas a varios mormones para que mientan a su interés... cosa que no les sale del todo bien. También destacaría ese breve y maravillosamente resuelto tiroteo final. Y bueno, no puedo seguir destacando escenas eternamente...sólo decir que todo está inundado de hermoso y nostálgico lirismo, tanto las escena "románticas" como las de bailes, encuentros con la cara más agradable de la naturaleza, etc. Pero hay una escena que a mí se me grabó más que a ninguna otra : la llegada a aquel valle prometido, con las miradas iluminadas de los personajes y aquel potro que es el primero en entrar al lugar, simbolizando la vida utópica e ideal que buscaban los personajes. En resumen : sin ser mi película favorita de Ford, y para muchos un film menor, muy minusvalorado, yo elevaría a Caravana de paz al nivel de obra maestra. Un film, como dijo el mismo Ford, puro, directo, sencillo. Con un profundo sentido religioso que demuestra a los más necios que cristianismo no significa lo mismo que conservadurismo. Excelente.
|
|
Waster | |
Ficha de Película enviada por Waster el 21 de Agosto de 2005 |
|
|
|
|
visitantes
|
|
|