"-Yo voy a ganar mi primer millón, y tú aún sigues luchando por los ocho segundos..." "-Si este mundo está hecho para los ganadores, ¿qué les queda a los perdedores? - Alguien tiene que sostener la cuerda a los caballos".
Te pone un nudo en la garganta durante casi todo el tiempo que dura. Cómo no conmoverse ante los personajes e intepretaciones de Steve McQueen, Ida Lupino y Robert Preston. La escena en que Junior y Ace mantienen una conversación ante las vías del tren es una de las cosas más bonitas que ha rodado Peckinpah. Qué calidez, ternura y dureza desprende ese jinete crepuscular que quiere demostrarse a sí mismo y a su conflictiva familia quién es y por qué. Se le nota bastante a Peckinpah el interés de reflexionar acerca de las contradicciones internas del sueño americano, así como de la relación entre los sueños individuales y los compromisos familiares. Obra maestra.