La anotación en el expediente de uno de sus objetivos no había dejado aún de rondar la cabeza del ladrón. Si conseguía más información al respecto, podía sacarle muchísimo partido. Uno de sus objetivos estaría en sus manos sin esfuerzo. La sola idea le hizo sonreír. En cuanto al otro, ya tenía perfectamente definido su plan de acción. Comprobó que la cinta de video estaba en su sitio y preparó el equipo. Una de las ventajas de que los objetivos fuesen famosos, pensó, es que conoces los eslabones débiles. Sabes a quién tienes que acercarte para llegar a él. Y afortunadamente, el anterior intento de su cliente para conseguir este objetivo había desencadenado un aluvión informativo. Toda la información que no había conseguido antes, ahora estaba en sus manos. Un juego de niños. Con o sin Batman de por medio. Con, a poder ser.
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(mío, mío, MÍO, EL LADRÓN ES MÍO!! Batman que se lo queden los de DC, pero pagadme ya por el ladrón, ¿no?)
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The Creeperillas, 27 de Agosto de 2005
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