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Una dura noche!

Relatos Dreamers

Cae la noche en la ciudad, como cada día salgo de trabajar. Sola me muevo entre las calles para llegar a mi hogar.
Esta noche estoy especialmente asustada, pues la niebla empieza a amanecer entre los muros de hormigón. Hace frío y tengo las manos prácticamente congeladas pues apenas noto los guantes con las yemas de mis dedos. Esta noche, de nuevo, me entra la locura. Creo que alguien me sigue, no oigo sus pasos, no oigo su respiración, ni siquiera veo su sombra cada vez que me giro, para ver quien o qué es. Lo que si noto son como unos tambores, si, si sus latidos, son pausados calmado y tranquilos, pero me atemoriza notar algo y no saber que es.Añadir Anotación

Llego a mi casa, una casa vieja la puerta de madera, la llave antigua, la llevo hace rato cogida con fuerza es de hierro, mide un palmo y pesara un kilo. La llevo en el bolso, siempre he pensado que me servirá para defenderme. Abro rauda, cierro de golpe, cierro por dentro, y una duda recorre mi interior. Le he dado dos vueltas al cerrojo para entrar o estaba abierto?. Es el miedo que a cada momento te juega una mala pasada. A salvo por fin.Añadir Anotación

Entro en casa, en la planta baja tengo la cocina, y el comedor, así que tranquilamente preparo la comida, mientras de fondo oigo el ruido del televisor. Eso de estar sola, hay momentos que realmente son difíciles. Bien parece que mañana subirán las temperaturas. Que suerte. Este frío es demoledor. Me como la ensalada y un filete de pavo a la plancha en el sofá. Con la hermosa y cálida compañía de esta noche, la televisión, el invento definitivo para los solitario. Que raro, hoy Beni, mi gato, no viene. Bueno, no es la primera vez que me deja pasar la velada sola. Desde que le pues el canasto al lado del radiador, estas noches tan frías, prefiere su compañía a la mía. La próxima vez que me pida comida me haré la autista una hora, que sufra un poco.Añadir Anotación

Bien son las doce, hora de ir a dormir, cosa que precisamente no hago en dos minutos. Ahora viene el ritual antes de dormir. Voy a lavarme los dientes, pero antes, ha que hacer mis necesidades, luego antes de los dientes, me lavo las manos, luego la cara, me la seco con cuidado, pues quiero ponerme una mascarilla para limpiarme un poco el cutis. Posteriormente le toca el turno al repaso de poros infernales, que te salen en unos sitios, que se ven a una legua; suerte que los chicos parece que sus ojos son incapaces de detectarlos. Bien, va siendo hora de acabar y echarme, son las doce y media y mañana hay que madrugar. Cierro el grifo, apago la luz y el silencio inunda mis sentidos, no veo nada, pero me conozco la habitación a la perfección. Noto una leve respiración, será Beni que ... no! Que es esto! tropiezo, parece una silla, que hace aquí. Dios ayudadme, intento gritar, no me sale nada, lo olvidaba soy muda! Me coge alguien con fuerza, me dobla el brazo hacia atrás, con la cabeza en la almohada, porque a mi, veo una leve luz que entra por debajo de la persiana, Beni esta allí sin vida, abierto en canal, quien osa hacerle eso a un gato así, se me seca la garganta, noto como cristales clavándoseme en ella. No consigo gemir palabra alguna. Me arranca la ropa, noto su apestoso aliento en mi nuca, su pulso se acelera, me ha unido las dos manos a la espalda con una brida, no puedo hacer nada, intento moverme como un gusano, como un conejo antes de ser sacrificado, que alguien me ayude, no se que hacer.Añadir Anotación

Sus sucias manos recorren mi espalda mientras con su pie, postrado en mi nuca hacen presión para que no pueda moverme, me esta poniendo la mano entre las piernas, las cruzo, hago fuerza, no podrá, Dios que puñetazo!, me ha dado en toda la nalga, Otro! en la entrepierna, no puedo resistirme, parece que todo se acaba. Desisto, no puedo resistir más, quiero que todo acabe ya, me tira del pelo, cedo exhausta, él venció. Pero no esta solo, oigo otros latidos, como los que oía por la calle, esta vez acelerados, pero sin respiración, sin ruido alguno, pero están cada vez más cerca, que será de mi, Dios ayuda!!! De golpe un estruendo recorre la habitación, mi opresor ha desaparecido, algo o alguien me ha liberado. Me quita la brida, me tapa con una manta, me abraza, oigo claramente esos latidos pausados que oigo a veces por la calle. Que calientes, que hermosos, que paz. Quiero darle las gracias, no me sale la voz. Pero me mantiene prieta, entre sus brazos, no son nada musculoso, pero son sus brazos, ahora si, noto su respiración, calmada, capaz de amansar a las fieras, él me da paz. Me tumba lentamente sobre la cama. Me cubre con la manta. Me dice "shhhhh". No hacen falta palabras. Recoge a mi agresor del suelo, se lo carga en el hombro y susurra.... "solo es amor". Y así abandona mi casa. Quien es, quien será. Volverá a cruzarse en mi vida... El tiempo lo dirá.Añadir Anotación


By cryptman 2007

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cryptman, 28 de Marzo de 2007
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