Está muy bien por acercar, adaptándolo a los nuevos tiempos, el mítico Super Mario Bros a las nuevas generaciones. Algún nuevo objeto curiosillo (como ese que gigantiza a Mario), unos cuantos minijuegos, modo multijugador... . Recupera el clasicismo, en todo su esplendor, de los viejos juegos de plataformas. Y es notorio cómo, con tres o cuatro melodías en total, su apartado sonoro no se vuelve repetitivo. Le echo en cara dos cosas: es demasiado fácil; no hay secretos, aparte de algo tan insustancial como poder controlar a Luigi, que no tiene ninguna variación sobre Mario. No hay ni siquiera alicientes para conseguir todas las monedas rojas, algo que tampoco es que sea demasiado complicado. Pero vamos, no le sigo sacando pegas. Cojonudo.