Es casi una novela interactiva. Eso sí, con sus recovecos secretos, que lo acercan más a lo que es un videojuego normal. Se lleva la palma un apartado visual lujoso, dibujos a grafito en movimiento, toda una delicia de ver. La historia está muy bien, y se agradece que se introduzca el género negro en el mundo de los videojuegos sin perder sus esencias (aunque, pensándolo bien, el pionero fue Grim Fandango). Lo malo es que, a ratos, parece más un simulador de cotilla que una aventura de misterio. Prefiero, de la misma consola y los mismos creadores, Another Code.