EL ANKOU
(Francia)
Notre Dame de París
© Hee Hoo
El personaje de la Muerte y todo lo que a ella se refiere siempre estuvo presente en la cultura y tradición de la Bretaña francesa e, incluso en tiempos crisitianos, fue objeto de Culto.
No es raro encontrar, en los cruces de camino de dicha región verdaderos monumentos artísticos llamados Osarios o Mortuarios y que representan escenas análogas a las Danzas de La Muerte, similares a las que Mesalina Bolangera nos habló después de su viaje a Estonia. De hecho, están abundantemente documentados los Totentanz alemanes de comienzos del siglo XIX grabados en madera.
En los meses de septiembre y octubre tienen lugar aún hoy en ciertas parroquias de Bretaña lo que se llaman los Perdones, procesiones con imágenes de santos que se pasean de mortuario en mortuario.
Pero el elemento más cosnpicuo de la tradición bretona, en cuanto al tema de la muerte, es sin duda el personage conocido como Ankou [pronunciado Ankú] u Obrero de la muerte [Oberour ar maro]. A éste se le representa, en general, como un hombre alto y delgado, de largos cabellos blancos y con un sombrero de ala ancha que no permite distinguir su rostro.
En otros casos toma la forma de un esqueleto envuelto en una mortaja y armado con una hoz, similar a la imagen tradicional de La Muerte, a diferencia que en el caso del Ankou, el filo de la Hoz está orientado hacia afuera, de manera tal que cuando golpea con ella no se ve obligada de dirigirla hacia él y le permite, además, lanzarla hacia adelante. Cuando se presneta bajo esta forma, se dice que su cabeza gira constantemente sobre lo alto de su columna vertebral con el fin de poder apreciar de manera más eficaz la región por donde anda.
El Ankou se desplaza parado sobre una carreta similar a la que solían utilizar antes las pompas fúnebras y se la llama karrik o karriguel ann Ankou. Dos caballos colocados en fila india tiran de la carreta. El que va delante es flaco, desgarbado y apenas alcanza a sostenerse. El segundo caballo, el que va detrás es, en cambio, gordo y de pelaje brillante.
Dos personas suelen acompañar al cortejo; uno que conduce a los caballos por las riendas y otro que lo precede con el fin de abrir las barreras de los campos y de las casas de los por donde El Ankou ha de pasar y que se encarga además de cargar sobre la carreta los muertos que El Ankou se lleva.
Dicen que su antes de comenzar su gira carga su carreta de piedras para rendir su marcha más pesada y para que haga más ruido al acercarse a la casa del moribundo. Una vez que llega allí, descarga bruscamente las pidras para hacer lugar al moribundo que ha de cargar. Es por ello - solían decir las ancianas asustadizas - que se suele escuchar como el ruido de un entre choque de piedras cuando alguien muere.Como regla general, el último muerto del año se convierte, en cada parroquia, el Ankou del año siguiente.
CALAVERAS
(México)
CALAVERA
A NUESTRO QUERIDO ZETH Una
noche en su estudio, Don
Armitage no esperaba Mas
una hermosa calaca, Amigo
mío, no os asustéis Así
Armitage, Gran Barón, "Soy
fan de la Logia, Mas
no hay editor así
yo recurro a vos Hombre
que gran honor nos haces Y
así, con tan buen fin,
CALAVERA A SIR CURWEN ZETH
Esta
historia empieza La
tele estaba prendida A
solas tal caballero estaba, "¡¡Por
Cthulhu!! "Tu
sabes que no es mi costumbre" "¡Ah!
Canija calaca "No
es por eso que vine" Mi
guadaña plateada pero
Lord Curwen replicó: "Así
es, efectivamente" Y
así, a partir de ese momento
CALAVERA
DEDICADA ZETH
Cierto
tiempo, a cierta hora, Ella
fue tras el caballero Wilmarth Y
así, sin darse cuenta siquiera ¡Ay,
calaca, te llevaste Con
la lectura te picaste * En
esa página deliciosa La
poesía de Maese Abdul y
así, Abdul Alhazred
CALAVERA DEDICADA A ZETH HENRY ARMITAGE
Encumbrado
y expectante en el Ngranek Pero
no subió la Canija Calaca Cloto
hilaba Cuando
vuelvan las Parcas |
* Picarse es quedarse deseoso de más. Quedarse con el deseo o las ganas de mas de lo que se este haciendo.
HUESITOS DE SANTOS
(España)
ESPECTRO DE LA VIUDA
MESALINA BOLANGERA
Veo reflejado mi aciago rostro en un viejo espejo mal pulido.
Oscuros ropajes envuelven un cuerpo cansado, dolido,
torturado por este infernal vacío,
infinita ausencia de vos.Apenas puedo recordaros, parece separarnos toda una eternidad.
Esta noche aunque sólo me quede adornar con tristes rosas el marmóreo sepulcro en el que habitáis , podré, al menos, llorar más cerca de vos.
Esta noche La Luna, me acompaña en mi luto, y tan sólo los leves centelleos de las pupilas de aves nocturnas me sirven de guía.
Tras un largo deambular llego allí donde, encerrados, se pudren vuestros restos junto con mi alma, ya marchita, como marchitas huelen las flores que deposito ante vuestra blanca lápida.
Me pesa una terrible desesperación, sumergiendo mi mente en una locura atroz, envuelta en un manto de silencio espectral.
Apenas acierto a leer las terribles palabras que nos separan: "Aquí yacen los restos de ", hace años que no puedo leer más allá, pues al idea de ver vuestro nombre cincelado por la muerte inunda mis ojos de una terrible e intensa tristeza y me ciega
Oigo voces, vuelvo la mirada y acierto los rostros como conocidos, aunque lejanos en mi dañada memoria, solo distingo unas palabras: "Se amaron mucho" La luz del candil de uno de ellos iluminó el sepulcro, y pude verlo como nunca antes en su totalidad ¡Dios Mío! Apenas pude contener un grito pues mi nombre yacía junto al vuestro
HASTUR
RODEHERN FOLDANT
El cadente sonido apagado de los bastones chocando contra el suelo, se extendía por el frondoso bosque y se elevaba hacia los abismos, mezclándose con las cenizas ardientes de la hoguera. Año tras año se reunían en el mismo círculo de piedras heladas, pero de ellos sólo quedaban los restos de la hoguera. En las aldeas aledañas, nadie osaba acercarse durante el resto del año, de hecho, nunca miraban en esa dirección de la montaña, pues los restos de la hoguera estaban compuestos por los huesos calcinados de algún vecino desaparecido y, presumiblemente, por algún cuerpo exhumado del camposanto.
Nunca se ha sabido quiénes o qué era. Nunca nadie se atrevió a acercarse durante esa noche y adentrarse en el oscuro e ignominioso bosque. Pero todos conocen, desde pequeños, el horror innombrable que provoca el sonido de sus bastones. Y todos conocen, letra por letra, las palabras inarticuladas que el viento helado susurra.Khaa-dhum Lherian iä Tehilii Hastvr Cathvria wnefh
SEPULCRO DESOLADO
ABDUL AL-HAZRED
Luz opalina sobre las cónicas
elevaciones verdinegras
de San Fernando; esas
que nutres con el esperma
virginal de tu voz poética
ahogada en la copa del olvido.
Lluvia. Vientos
cruzados sobre tu tacto inerte;
olvido en la convocatoria de tanto
acontecer desolado. Apenas
penas en las entrañas del bullicio
floral. Pulsos lánguidos
de voces acalladas. Murmullos
de lágrimas programadas. Hielo
sobre el alféizar de tu desierto,
dentro del jardín anómalo;
pero Sab, amada Gertrudis,
tu libérrimo esclavo, el moreno
que esclareció tu alma amante,
se ata a ti en lo imperecedero,
en la huella indeleble de tu universo
grillado para siempre, hasta lo eterno.
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2005