
© Pavel

El imprudente lector del Necronomicón, aparentemente no va a perder la cordura, pero sí perderá pie para descender a los infiernos, un descenso casi onírico por simas y paisajes urbanos de ensueño, hasta ser absorbido por un torbellino posiblemente hipnótico. El descenso a los infiernos es un tema característico en casi todas las literaturas: Así Virgilio describe en la Eneida cómo el protagonista Eneas baja a los infiernos y allí se reencuentra con Dido, antes enamorada y despreciada y que ahora desengañada, le vuelve la cara. Ya en el Renacimiento, es el propio Virgilio el que acompaña a Dante por su recorrido por el infierno de la Divina Comedia.
El héroe en la historieta de Pavel' en su caída libre hacia las entrañas de la tierra pasando por un mundo subterráneo de alcantarillas y tuberías, atravesando improbables cementerios con restos humanos y todavía más inciertas ciudades perdidas y enterradas, propias más bien del mundo de los sueños, hasta llegar al torbellino hinótico, que lleva a la clave final del ojo que ha visto lo que ningún ojo debería haber visto y que conduce irremediablemente a la locura.
Un elemento sorprende es un insecto que primero aparece aislado, en un extremo de una viñeta y luego aparece una legión de ellos que parecen conducir desde el horror cósmico (representado en una especie de meteorito y el vacío cósmico) hasta el ojo mismo del protagonista.
Nota Bene
Las ilustraciones gráficas son de la exclusiva propiedad de sus autores y son reproducidas aquí con fines meramente ilustrativos, didácticos y de estudio para l@s Neologi@s y visitantes ocasionales.
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2001