© Pavel
Por fin va a parar al reino subterráneo, donde un monstruo amenazante le espera con las fauces y los tentáculos abiertos. Toda la escena tiene lugar en un paraje ajeno a este mundo, pero inquietantemente similar a los círculos megalíticos de Stonehenge. Las inscripciones descubren un origen alienígena, lo mismo que la extraña música que acompaña el ceremonial.
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2001