Snape lloraba lágrimas de sal, con la vista fija en la oscuridad a través del cristal.
Emboscado en una esquina de la habitación, se mantenía estático, sin dar caso al tiempo, que pasaba lánguidamente mientras sus recuerdos se escurrían de su mente.
Aún oía el grito en su cabeza ; un destello y un profundo silencio tras un golpe sordo, y la imagen que ardía en su imaginación y de la cual nunca más se iba a poder librar.
Sollozó amargamente, tragandose el dolor y la hiel, deseando tenerla a su lado a cada segundo.
Cerró los ojos, dando un último adiós a aquél perfume, aquél cabello, aquél rostro...
Lily... - susurró Snape por última vez, sabiendo que la iba a recordar hasta el último de sus alientos.
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