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EXPOFRIKI 2000
Como dije en el anterior post, el Expofriki del Pabellón Auto-incendiable hizo que quisiera repetir al año siguiente. El problema era que, por aquel entonces, lo de internet era una cosa de la que no tenía conocimiento de su existencia, por lo que se complicaba bastante saber a ciencia cierta cuando se celebraria.
Pero ahí estaba Planeta DeAgostini y su cíclica reedición de Dragon Ball, la cual esta haciendo por aquel entonces, cuando me encontré con un anuncio del Expofriki (Hobbyland, por aquel entonces). Eso sí, tarde en darme cuenta. Porque entre que no solía leer la publicidad (en algunos casos no la entendía, como los checklist de la línea manga de Planeta) y que con el dibujo elegido parecía más una recuperación de clásicos, pues no le puse mucho interés.
Aún así, después de tener el comic varios días rulando por mi habitación, me entere de lo que realmente anunciaba. Fue algo extraño ese momento, por lo que será mejor correr un (es)tupido velo.
Este año había cambio de lugar, el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo. Un lugar mucho más amplio, donde iba a parar. El problema es que, o el sitio era demasiado grande, o había pocos stands. De la gente ya no hablamos, porque se hacia extraño andar entre los stands sin tener gente pegada a ti.
Poco más que contar de él. Entre otras cosas porque no las recuerdo, vaya. Solo el que había un karaoke, en un sitio alejado, para ver bien a quien cantara. Y por allí estaba Tony Aguilar (creo que era él, lo dicho, no lo recuerdo muy bien) ese pinchadiscos que extrañamente tiene éxito pese a seguir anclado en los terribles, terribles noventas.
Creo que fue el Expofriki en el que menos tiempo estuve.
EXPOFRIKI 2001
Podríamos decir que en este Expofriki se inicia una nueva etapa, pues es la primera edición a la que voy junto con Errol. Además, en este ocasión nos acompaño el que por aquel entonces era sidekick de Errol, del que después de esta edición nada más se supo (creemos que fue en busca de su madre a un lugar indeterminado de África, pero se encontró con un payaso en vez de con su madre).
Como era costumbre, este año también tocaba nueva ubicación: La Estación de Delicias. El Museo del Ferrocarril. Temblad, insensatos. Después de hacer cola para entrar (la primera vez, ni que tuvieran que esperar que saliera gente para dejar entrar al resto, ¿verdad?) pagamos religiosamente la entrada. Nos enteramos que dan un comic con la entrada, por lo menos tienen un detalle. El comic en cuestión es el primer número de Thorion. ¿No sabéis quien es Thorion? No sabes lo afortunado que eres. Al menos estaba dibujado por John Romita Jr.
Al contrario que la anterior edición, el sitio ha sido reducido considerablemente. No solo por los stands y las exposiciones, que más o menos eran los mismos. Sino por los trenes. Y claro, a un lado los stands, al otro los trenes y en medio, la gente. Que intentaba no aplastarse con los stands ni caerse a las vías del tren. Dimos un par de vueltas. Otra la dimos porque una corriente humana nos arrastro. Pero siempre tendré la duda si pasamos por sitios distintos o si por el contrario pasamos tres veces por el mismo lugar…
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