De una temporada para acá, todas las adaptaciones están saliendo bordadas. Spider-Man no podía ser menos... Bastante fiel al personaje del cómic, nos descubre a un Peter Parker que es picado por una araña alterada genéticamente y que recibe los poderes que ésta le transmite... Como es normal, han sido cambiadas algunas cosas, pero la esencia es la misma. J.J. es el mismo impresentable de siempre, Tía May es idéntica a los cómics, el amor entre Mary Jane y Peter se toca, y Willen Dafoe borda al Duende Verde, uno de mis personajes favoritos. No he podido sentir nostalgia de mi infancia y los cómics Bruguera que tantísimas veces he leído y buscado por mercadillos, aunque siga sin poseer los primeros números. Para los que vivimos la infancia rodeados de estos tesoros de coleccionistas, Spider-Man es una bendición y un regalo que Sam Raimi nos ofrece. Como anécdota, cabría destacar la aparición de las famosas torres gemelas, de manera muy fugaz, en uno de los ojos del trepamuros. En definitiva, nos encontramos ante una muy buena adaptación del cómic, ante la que uno debe volver a quitarse el sombrero.
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