Mendoza es puro disparate. Absolutamente hilarante. Pese a su tono de desenfado, su ironia y su afan de intrascendentalismo, Mendoza es un maestro del lenguaje y si no echar un vistazo a toda su bilbiografia. A quienes le haya gustado este libro les recomiendo su particular trilogia detectivesca.
Me he leído este libro una vez y media. La media es de la primera vez que lo cogí y ¡me aburrí mucho! Pero bueno, se me pasó la segunda vez, al descubrir uno de los libros más divertidos que he leído.
Este curso me obligan a leerlo otra vez. ¡Gracias a Dios!