Todo el mundo conoce la película de Tiburón, sin embargo, pocos son los que se han hecho con la novela para leérsela. En mi caso, al igual que me ocurrió con El planeta de los simios, descubrí una historia mucho más interesante, al poder relacionarla tanto con el mito que habían creado en sus tiempos sus directores y sacando auténticas obras de arte de un libro que ni bien ni mal tiene sus puntos fuertes, pero también algunos puntos en los que se descubre que no es del todo interesante e imprescindible. Para los amantes de los tiburones y sobre todo de la película es necesaria su lectura para poder comparar de donde le vino la casta al galgo.