No se si se merece o no la nota que le pongo. El hecho es que fue el primer libro de King que leí (Tenía por entonces 13 o 14 años) y nunca una obra de arte -del ámbito que fuera- me había hecho llorar tanto. Es un libro duro y emotivo, pero también es una lúcida y valiente reflexión acerca del racismo en los Estados Unidos, la pena de muerte y el castigo. Algún que otro tramo es redundante. Pero el conjunto no puede ser mejor. Impresionante.