Me presentaré, me llamo Jack y tengo 40 años, vivo en un pequeño barrio de Londres. ¿ Qué pensariais si una persona a la que hace poco tiempo que conoceis se autoproclamase como genio?, yo pensaría que, a parte de ser prepotente, su vida está tan vacía que necesita que los demás le admiren para sentirse mejor; pero ¿ y si fuera verdad?. Esta es la hisroria de mi vida, entre la vendición de tener más capacidad y el castigo de vivir solo e incomprendido por los demás. Desde que temgo uso de razón he estado estudiando, perfeccionando mis dotes para ser mejor pero ¿a costa de qué?, de estar solo, sin tener infancia, sin disfrutar de mis padres; sin poder, tan siquiera, soñar con otra vida diferente. Todos no paraban de repetir que era un don, una bendición; pero para mí era una losa que me impedía ser normal; una lossa que me apartaba cada vez más de la sociedad en la que vivía hasta que me quedé solo. Cuando tenía tan solo 12 años mis padres fallecieron en un horrible accidente ferroviário, me trasladé a vivir con mi tia pero ella solo pensaba en sacar partido de mí. En cuanto alcancé la mayoría de edad me mudé a un piso de estudiantes donde conocí a Fred, mi mejor amigo desde entonces, y a Marjori, mi esposa; al principio no sabía quw hacer, ni como comportarme con ellos. Poco a poco me fui abriendo y mi vida dió un giro de 360 grados, no sé que habría sido de mí si no les hubiera conocido. Ahora, Marjori y yo, tenemos una hija, Ann, y cada día rezo para que, si ha sido bendecida con el don de la inteligencia, tener la fuerza y la consciencia suficiente para no robarle sus años de juventud como hicieron conmigo mis padres.
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