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DIAL V FOR VENDETTA: En la Galería

Relatos Dreamers

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Evelyn Hays (Evey para los amigos) es una chica cercana a la treintena que tiene una vida normal, un trabajo en una inmobiliaria y una relación sentimental con un abogado a punto de divorciarse de una mujer enferma. Pero todo se va al traste cuando sin motivo aparente la acusan de robo, la despiden, su novio rompe con ella tras la muerte de su mujer (supuestamente provocada por una carta enviada por Evey) y se queda sin casa tras una explosión provocada por un vecino mentalmente inestable.Añadir Anotación

Desesperada por su situación, y a punto de ser acosada por un desconocido que la confunde con una prostituta, Evey es secuestrada por un misterioso personaje enmascarado que responde al nombre de V, y que tres días después (ya que la tuvo drogada en ese periodo de tiempo) le explica que todo fue una conspiración de un compañero de su trabajo, el cual tras confesar se suicidó... o quizás fue el propio V quien le influyó a ello.Añadir Anotación

V le entrega a Evey una nueva casa y dinero para empezar una nueva vida. A cambio le pide que le ayude para que cada injusticia que necesite una venganza, sea contestada... marcando la v de vendetta.

DIAL V FOR VENDETTA: EN LA GALERÍA

Evelyn llegó a su nueva casa. Era un apartamento en un edificio de viviendas en la zona media de Yellow City. Se trataba de una comunidad de ocho vecinos (eran cuatro plantas y había dos pisos por planta). La vivienda que V le había proporcionado era el 1ºB.

Las llaves del piso estaban dentro del sobre que V le había dado. Al entrar en su nueva casa, Evey se encontró con un piso de tamaño medio (unos 80 metros cuadrados) y amueblado sólo en su mínima expresión, ya que probablemente V pensó que ella ya se encargaría de darle un toque femenino. Pero de momento para vivir en él ya estaba suficientemente bien. Evey cayó rendida en la cama del dormitorio y se quedó profundamente dormida.Añadir Anotación

Al día siguiente, y sin en principio ninguna obligación ni nada que hacer, se dirigió al banco para comprobar el dinero que el misterioso V dijo que le había proporcionado (dos millones de dólares más 2.000 dólares mensuales), comprobando que en esto (como en lo de su nueva casa) no había mentido. Evey sacó 5.000 dólares (tenía que comprar cosas para su nueva vivienda) pero no dejaba de preguntarse los verdaderos motivos de que ese misterioso benefactor llamado V le hiciera lo que le estaba haciendo a cambio de, en principio, nada (y es que aún no acaba de creerse del todo la historia que le había contado).Añadir Anotación

Evey llevaba una semana viviendo en su nueva casa. Se dedicó a comprar cosas para decorar y complementar lo que tenía en su nueva vivienda. Asimismo también se entretuvo en buscar algún tipo de videocámara oculta o algo así, ya que no acababa de fiarse de que V no la controlara mediante micrófonos o cámaras ocultas, pero por más que buscó no encontró nada. Entretenida en volver a llevar una vida normal, y empezando a confraternizar con sus nuevos vecinos, dejó de pensar en V cuando al séptimo día sonó el teléfono:Añadir Anotación

- ¿Diga?

- Evey, un coche negro te está esperando en la esquina de Lexington y la calle Brond.

- ¿Qué? ¿Quién es?

- Marca la V de Venganza –y colgó.

Aquel tenía que ser V. No había reconocido su voz (probablemente tenía un aparato de esos que distorsionaban las voces) pero desde luego que si había reconocido la contraseña que tenían establecida ellos dos.

Evey salió del edificio de viviendas donde vivía como si fuera a dar un paseo, cruzó el parque cercano a su casa y subió por Brond, viendo el coche que la esperaba al final de la calle. Una limusina negra con los cristales tintados. Al acercarse se abrió una de las puertas traseras y ella entró y se sentó.Añadir Anotación

Estaba sola en el coche, pero este arrancó. Evey miró inquieta en dirección al conductor, y cuando estaba el coche en circulación se bajó el cristal de seguridad tintado que le impedía ver al chofer, y se dio cuenta de que era V quien estaba conduciendo el vehículo:

- ¿Adónde vamos?

- A la Galería de las Sombras.

- ¿Y eso que es?

- Ya lo verás.

Evey guardó silencio, mientras el coche continuaba su trayecto. Al estar subidas las ventanas Evey no podía ver por donde iban, ya que los cristales también estaban tintados del interior al exterior. Además, V había vuelto a subir la ventana que comunicaba la parte trasera con la delantera (donde está el conductor). En total silencio y sin oír nada del exterior (¿estaría insonorizado el automóvil? probablemente) sólo supo que el recorrido fue de una hora hasta llegar a su destino.Añadir Anotación

El automóvil se detuvo y ella salió. Estaban en una especie de almacén (por el espacio que Evey intuía que había a su alrededor) pero totalmente a oscuras, salvo por un foco de luz que se derramaba sobre el vehículo del que acababa de bajar. V también se había bajado del coche y se dirigió adonde estaba ella:Añadir Anotación

- Bienvenida a la Galería de las Sombras.

- ¿Qué es este sitio? Está todo a oscuras.

- Aquí es donde te liberaré.

- ¿Liberarme? ¿De qué?

- Vivimos en una sociedad enferma. El problema es que los miembros de la sociedad estan tan acostumbrados a ella, que la consideran correcta. Pero la enfermedad ahí está. Basta con ver como alguien puede atropellar a una persona y salir impune por ser alguien famoso, o como pueden quemar vivo a un ser humano sólo por el placer de hacerlo, y que los culpables no sean condenados por ser menores de edad. La justicia se ve sobrepasada, y muchas veces falla. Lo que yo me propongo no es ejercer de justicieros, sino de vengadores. Hay gente que necesita una venganza ante una injusticia. Si la justicia funcionase eso no haría falta. Pero tal y como te he dicho, eso no es posible.Añadir Anotación

- ¿Pero de que me vas a liberar?

- De las ataduras que tienes con la sociedad. Vivirás en ella, y disfrutarás de ella, pero no te dejarás dominar por ella. Y al mismo tiempo trabajarás para mí, ayudándome cada vez que me entere de un caso donde alguien haya recibido una injusticia que merezca una vendetta.

V se acercó a la pared y oprimió un botón. Las luces iluminaron una especie de calle dentro del almacén, permaneciendo aún el resto en las sombras.

- Aquí te entrenaré. Durante las próximas semanas iré a buscarte cada día a la misma hora que hoy a tu casa. Vendremos aquí y te enseñaré técnicas de defensa personal y de manejo de todo tipo de armamento. Te enseñaré a disfrazarte, a ser cautelosa, a ser lista, decidida, hábil. A convertirte en una persona totalmente independiente, capaz de todo. En pocas palabras: a ser libre.Añadir Anotación

- ¿Y en que consistirá mi ayuda? ¿Qué tendré que hacer? ¿Porqué enseñarme todo esto?

- Necesitarás defenderte en muchas ocasiones contra aquellos que sean culpables y no acepten su culpa.

- ¿Cómo tú, cuando me dijistes que matastes a los asesinos de tus padres?

- Matar no es bueno. Nunca lo ha sido. Pero en ocasiones es necesario.

Evey se sorprendió ante estas últimas palabras, ya que cuando conoció a V pensó que era una especie de justiciero al que no le importaba matar, pero parecía que en el fondo intentaba hacer las cosas bien sin hacer daño a nadie... aunque en ocasiones fuera necesario hacerlo.

- Comencemos ya. Vete a aquella puerta de allí –le indicó V a Evey- Es el vestuario. Ponte el traje que encontrarás. Será tu uniforme de trabajo.

Evey se dirigió al vestuario. Al entrar se encontró un traje de cuero negro (compuesto de chaqueta, pantalón y guantes) que al ponérselo notó que le quedaba ceñido, marcando su estilizada figura. Al principio tuvo reparos, pensando que V quizás miraba como se cambiaba de ropa (ella era una mujer muy atractiva, y V era un hombre después de todo) pero como el vestuario era un cuarto de paredes de piedra sin ventanas ni ningún tipo de agujeros ni nada (incluso la cerradura era de pestillo, con lo cual no podía mirarla a través de ella) se desnudó sin reparos y se puso el uniforme de cuero negro, que le cubría por entero el cuerpo, dejando al descubierto sólo su hermoso rostro.Añadir Anotación

A partir de entonces, y durante un mes, todos los días se reunió con V en la Galería de las Sombras. Allí le enseñó todo tipo de técnicas de lucha, pero no sólo eso, sino que aprendió a atacar con todo tipo de armas. V le dijo que podía quedarse con aquella con la que ella se sintiera más cómoda, y tras probar con armas de fuego y armas blancas de todo tipo, al final decidió quedarse con dos cuchillos orientales llamados sais, que por su pequeño tamaño eran fáciles de manejar y con los que ella demostró ser muy hábil, gracias a su destreza y a la flexibilidad de su cuerpo, aumentada tras el ejercicio físico del duro entrenamiento.Añadir Anotación

Pero no sólo ejercicio físico fue lo que recibió, sino que también amplios conocimientos de camuflaje, informática, leyes y todo lo que V consideró necesario para que llegara al nivel que él consideraba optimo para ella. La aventura pronto iba a empezar, y ella tenía que estar preparada.Añadir Anotación


Oscar Ferrer by Dusk

dusk, 9 de Enero de 2006
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