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NOTA DEL AUTOR: Tras los dos capítulos iniciales de esta serie (EL INICIO, dividido en dos partes por su larga duración, y EN LA GALERIA) los capítulos de esta serie pasan a estar numerados y no titulados. De esa manera el capítulo que encontrareis a continuación es DIAL V FOR VENDETTA volumen 1, episodio 3. El volumen 1 durará hasta que finalice la primera aventura. Dedicado a Maria D., que me sugirió parte de la historia (todo depende de que la haya desarrollado como a ella le hubiera gustado...)
EN ANTERIORES EPISODIOS
Evelyn Hays lleva una vida normal, hasta que su mundo se trastoca perdiéndolo todo. Pero de la nada aparece un misterioso enmascarado llamado V que la ayuda, demostrando que todo había sido una conspiración contra ella. Tras eso le concede una nueva vida... a cambio de que le ayude a vengar las injusticias. Evey acepta y comienza el entrenamiento con V en un misterioso lugar llamado la Galería de las Sombras.
DIAL V FOR VENDETTA (volumen.1, episodio 3)
Evey acababa de terminar el entrenamiento de ese día con V, y cayó rendida al suelo, tumbándose mientras intentaba recuperar la respiración tras los duros ejercicios, que poco a poco iban siendo más duros, pero que a ella le gustaban, porque se estaba convirtiendo en una mujer ágil, atlética, fuerte y decidida, cosa que no había sido antes. O al menos no como hasta ahora.
V la estaba mirando en silencio. Evey no había acabado de creerse la historia que le había contado sobre sus orígenes, máxime cuando ella había investigado y no había encontrado ningún caso de persona millonaria a la que hubieran matado a sus padres y los asesinos hubieran salido impunes. Por eso, ese día decidió encararse con V y preguntárselo:
- ¿Quién eres?
- ¿Porqué lo preguntas?
- Me explicastes una bonita fantasía sobre tu origen justo cuando nos conocimos, pero no he encontrado ninguna referencia a ello mirando en los anales de la ciudad. Ni tampoco mirando en los libros. Ni en internet. No he encontrado nada que concuerde con tu historia.
- ¿Crees que te mentí?
- Sí
- ¿Y porqué te iba a mentir?
- No sé, dímelo tú.
- Soy una persona con dinero para hacer esto y con la intención de ayudarte a cambio de que me ayudes.
- No me hables tan místicamente V. Esto no es una jodida película, es la vida real. ¿Quién coño eres?
- Evey, sabrás quien soy cuando llegue el momento. Yo te he ayudado, te he dado una nueva casa, te he dado dinero y te estoy entrenando. ¿Tan importante es para ti saber quien soy, para ponerlo por encima de todo eso?
- ¿Me estan chantajeando? ¿Me lo vas a quitar todo si insisto en saber quien eres?
- No mi pequeña Evey.
Evelyn lo miró con asombro ante esta última frase. Mi pequeña Evey. Así es como la llamaba su padre cuando era pequeña:
- ¿Cómo me has llamado?
- Mi pequeña Evey –dijo V, quizás un poco azorado (o al menos eso creyó Evelyn).
- ¿Y porqué me has llamado así, tal y como lo hacía mi padre cuando era pequeña?
- ¿Crees que soy tu padre?
- ¿Lo eres?
- No. Y se acabó por hoy el entrenamiento.
Evey volvió a casa como cada día, dentro la limusina oscura que se encargaba de traerla y llevarla a la Galería de las Sombras. Ese día, a diferencia de los otros, V no bajó en ningún momento el cristal de seguridad, hasta el punto de que el coche que llevó a Evey a su casa podía ser conducido por cualquier persona. En los días siguientes no hubo más visitas a la Galería de la Sombras. Al cabo de tres días Evey recibió en su buzón una nota:
Evey, el entrenamiento ha terminado. Estas preparada para defenderte cuando te necesite. Espera instrucciones. V.
Parecía que había tocado un tema sensible, y parecía que V se había enfadado con ella. ¿Qué pasaría a continuación? Decidió dejarle unos días de margen. Si quería algo ya se pondría en contacto con ella.
Al día siguiente estaba Evey comprando en el supermercado, cuando la llamaron:
- ¡Evey!
Era Catherine Lowell, compañera de trabajo en Myersly. Allí había estado trabajando Evey hasta que el cabrón de James Brand había organizado el follón que le llevó a conocer a V.
- ¡Cuánto tiempo sin verte Evey! No sabíamos que había sido de ti, sobretodo tras descubrirse que eras inocente y que el culpable había sido James Brand tal y como confesó él en la nota que encontraron tras su suicidio.
Evey guardó silencio, pensando que aquel suicidio podía haber sido un asesinato por parte de V... aunque también es verdad que tras lo que había organizado Brand contra ella, si no lo hubiera matado V probablemente lo hubiera matado ella:
- Estuve organizando mi nueva vida –contestó Evelyn.
- El Sr.Wright te estuvo buscando. Quería disculparse y pedirte que te reincorporaras a la empresa.
- Con todos mis respetos, Catherine, pero que le den al Sr.Wright. No vuelvo. Ya se lo puedes decir.
- Pero, ¿en qué trabajas ahora?
- En un trabajo muy interesante –dijo Evey sonriendo pícaramente y guiñándole un ojo.
- Vale –dijo Catherine sonriendo- si no me lo quieres decir, no me lo digas.
Tras esa parte de la conversación más personal, luego esta derivó a temas más intrascendentes. Juntas pasaron la tarde, y tras salir de comprar fueron a tomar un café a un bar cercano, donde estuvieron conversando un buen rato, tras lo cual intercambiaron sus números de teléfono para permanecer en contacto, aunque como amigas, ya que Evey le dejó muy claro a Catherine que no volvería a trabajar en Myersly, y que así mismo se lo podía decir al Sr.Wright.
Al volver a casa Evey pensó en Stephen, que había sido su novio hasta que todo su mundo se derrumbó, incluida la relación que tenía con él. Su conversación con Catherine le hizo pensar que podía llamarlo. Igual él también había intentado localizarla. Si se había sabido toda la verdad (ella había estado un poco ausente de las noticias debido a la semi-confinación que tuvo con V en la Galería de las Sombras, además de su poco interés en saber como iba el mundo tras lo que había soportado) Evey pensó que Stephen la habría intentado localizar para disculparse.
Decidida a acabar de aclarar los temas de su pasado, llamó al número de teléfono que tenía de Stephen Jones:
- ¿Diga?
- Stephen, soy Evey.
La voz al otro lado del hilo telefónico dio un respingo.
- Evey, te estuve intentando localizar cuando supe la verdad. ¿Dónde te metistes?
- Estuve ocupada.
- ¿Dónde estas? ¿Puedo ir a verte?
- Stephen, yo te quería mucho, pero cuando más te necesitaba me abandonastes. Creíste a pies juntillas aquella mentira, y no me diste opción a defenderme.
- Pero cariño, comprende la situación en la que me encontré...
- Porque la comprendo no te haré nada. Pero me he decidido a llamarte porque quiero que supieras que estoy bien, pero que me has perdido. Para siempre. Y me has perdido tú, porque mi amor por ti era sincero y verdadero. El tuyo ya vi que era bastante... volátil.
- ¿Estas segura Evey?
- Completamente. Adiós Stephen.
Evey colgó el teléfono, y pese a que le había costado pronunciar esas palabras, tras hacerlo y colgar se sintió de repente más libre todavía. Ahora ya estaba preparada para enfrentarse a su nueva vida. Claro que sólo quedaba que V volviera a ponerse en contacto con ella, ya que tras su conversación, parecía que se había enfadado, porque aún no había dado señales de vida. ¿Qué le pasaría?
En ese momento sonó el teléfono. Evey dio un pequeño salto del asiento donde estaba, asustada por el ruido del timbre. Descolgó el auricular:
- ¿Diga?
- Evey, ha llegado la hora de que tú marques la V de Vendetta. –dijo V al otro lado del aparato.
CONTINUARÁ...
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