No tenía ni idea de qué le sucedía, ni de cuando había empezado, pero sentía siempre algo revolviendose en su vientre ; nervios, mariposas o lo que fueran... ¡¡No se lo podía permitir!!
Jugueteó con un lápiz, mordisqueandolo al final sin darse cuenta. De repente, un respingo, e intentó calmarse y pasar desapercibida.
Miradas de recelos, suspicacias y dudas. Por el rabillo del ojo miraba a Ôtani, que había llegado, por fín, después de que una chica muy mona, pequeñita y asustadiza, le viniera a buscar expresamente.
Lo último que le faltó por ver fué la sonrisa bobalicona y la mirada perdida en su ensoñación.
La desquició, y empezó a romper cualquier lápiz de su estuche, por no agarrarle y sacarlo al pasillo para que le explicara qué le había dicho aquella chica, ¡¡qué habían hecho juntos!!
"Aaaaaaaaaaargh!! ¿Pero qué me pasa?" - pensó exasperada mientras se llevaba las manos a la cabeza.
No quería ni pensar en ello, pero empezaba a sospechar....
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