El Antiguo Egipto
en la
Literatura de H.P. Lovecraft II

Jorge Roberto Ogdon

Ojo de Horus

§ 2. La identidad de una Ciudad sin Nombre.

En 1921, Lovecraft publica el primer relato relacionado al ciclo de los Mitos: La ciudad sin nombre. (1)

Este cuento breve está repleto de alusiones abiertas y veladas al antiguo Egipto, empezando por el primer párrafo, en el que se cita la impensable antigüedad de la misma y que dice:

El terror estaba sellado hasta en las rocas gastadas de esta decrépita sobreviviente del diluvio, de esta bisabuela de la pirámide más vieja... (2)


Esta bisabuela de la pirámide más vieja
(
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Precisamente, las referencias al país del Nilo parecen mayoritariamente destinadas a servir de punto de referencia al lector para que conciba la inimaginable carga de eones que pesan sobre la urbanización innombrable; y eso se corrobora, casi inmediatamente, en el segundo párrafo, que consigna:

Su estado debería ser idéntico antes de que colocaran las primeras piedras de Memphis [sic] y cuando todavía no se habían amasado los ladrillos de Babilonia.

Estas menciones sirven para indicar al lector que la ciudad innominada ha sido erigida en tiempos muy anteriores a las que, aun hoy en día, se consideran las primeras grandes civilizaciones humanas, Caldea y Egipto. Sabemos que Menfis fue la primera capital del Egipto Faraónico, y que fue fundada por el legendario Menes, actualmente identificado con el rey Hor-Nârmer (circa 3150 a.C.), sobre cuya existencia Lovecraft sabía muy bien. (3) Me parece interesante resaltar este dúo pirámide-Menfis, ya que me sugiere que el genio de Providence estaba pensando en el paisaje de la planicie de Guiza, al momento de imaginar la ciudad anónima, obviamente que mezclada con otros horizontes mentales.


Los muros, las callejas perdidas y los bordes de las construcciones desvastadas
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La descripción que hace el autor de la topografía del lugar, consistente en "plataformas de viviendas y templos", "(los) muros, las callejas perdidas y los bordes de las construcciones desvastadas"; "... en el acantilado, los inconfundibles frentes de numerosos edificios pequeños o santuarios agazapados,...", nos recuerdan claramente la meseta donde se localizan las Grandes Pirámides y los camposantos de sepulcros nobiliarios del Reino Antiguo, pero también las oscuras y tenebrosas entradas y pozos de tumbas rocosas en las faldas de la misma. (4) Y ya desde un principio Lovecraft nos habla de la pirámide más vieja, como para ponernos a tono con esta imagen. La susodicha pirámide, como surge de su acotación expresa, debe interpretarse como la de Keops (o Quéope, según las "castellanizaciones" más aceptadas recientemente [5]), pero no descarto que intentara referirse a la Pirámide Escalonada de Dyoser en Saqqara Norte, visible desde el tope de la Gran Pirámide, y que se considera el primer monumento piramidal completamente erigido en piedra. (6) Siendo anterior a la Gran Pirámide por no menos de dos siglos, hecho archisabido en tiempos de Lovecraft, (7) este dato le debe haber parecido sumamente adecuado a su propósito de transmitir una cronología "antediluviana" para su ciudad innominada.

En la parte en que el protagonista ingresa al dédalo laberíntico del santuario que le conducirá hasta el centro del horror, el recurrente uso de espacios bajos, escalinatas descendentes, grabados ininterrumpidos sobre los muros, y algún que otro detalle más, se asemeja, sin duda, a la visita de un mastaba (8) o tumba decorada, de las tantas que abundan en la planicie del desierto líbico (aunque Lovecraft sitúe a la ciudad en el desierto arábigo y, en apariencia, en la Península Arábiga; aunque no es impensable que su ubicación se encuentre en esa porción del desierto arábigo que se localiza al este del Nilo, entre el río y el Mar Rojo, y que constituye el contrafuerte de la Cadena Montañosa Arábiga ).

Un golpe de efecto interesante es agregado por Lovecraft cuando el protagonista llega al sitio donde reposan los cuerpos momificados de los seres reptiles – que tienen algo del animal más temido del Nilo, el cocodrilo, el cual era parte del "bestiario maléfico" de los faraones -, que mucho nos recuerda a los relatos de hallazgos de momias egipcias, tan en boga a comienzos de los ´20 y que luego se harían reiterativos hasta el hartazgo, a partir del descubrimiento de la tumba de Tutanjamon. (9)


Momias, sarcófagos de madera dorada y cristal

Lovecraft describe los ataúdes que les contienen como hechos en madera dorada y cristal, tal como podría aparecerse un sarcófago egipcio antiguo a los ojos de un neófito en la materia. El uso del color dorado o de láminas de oro para recubrir la madera del ataúd era un recurso frecuente de los egipcios, así como el empleo de incrustaciones de cristal de roca o vidrio coloreado para los detalles decorativos. (10) Sin embargo, el toque original de Lovecraft, es que el cristal actúa a modo de "ventana" por la cual el protagonista anónimo puede tener una visión aterradora de la forma y naturaleza de aquellos seres horripilantes.

Otro detail égyptienne es la reiterada comparación – consignada casi al comienzo y como frase conclusiva del relato - entre un "sonido abrumador de música metálica" que el personaje central escucha por encima de los vientos que pueblan la atmósfera de esta ciudad, "cuyos ecos resonaron... para dar la bienvenida al sol naciente, tal como lo saluda Memnón en las orillas del Nilo", en obvia alusión al par de Colosos conocidos por ese nombre, ubicados en la planicie de Tebas Occidental, y que representan al faraón Amenofis III de la Decimoctava Dinastía: estas gigantescas estatuas sedentes del rey son lo único que sobrevive de lo que debe haber sido uno de los templos funerarios más grandes del mundo. (11) El tema de los sonidos emitidos por estas esculturas megalíticas tiene su origen en la leyenda latina que contaba que, al amanecer, emitían una suerte de silbido profundo, el cual, posteriormente, se supo era producido por el paso del viento a través de ciertas grietas en sus cuerpos, generadas por el peso de los siglos y alguno que otro movimiento sísmico. Este último es otro aspecto llamativo, puesto que en la época de Lovecraft ya se conocía que ciertas regiones de Egipto tienen grandes fallas geológicas inestables, una de ellas, precisamente, en la planicie de Guiza, y otra, en Tebas Occidental. Y el gusto del escritor por las cavernas, simas, grutas, grietas y similares, que denota tanto en La Ciudad sin nombre como en otros relatos (i.a., En las montañas de la locura [1939]), (12) me hace creer que no ignoraba nada de eso.


Tal como lo saluda Memnón en las orillas del Nilo

Una última acotación la merece la mención a Irem, la Ciudad de los Pilares: para los antiguos egipcios Irem [Irm] era una región de la Baja Nubia, posiblemente localizada entre la primera y segunda Catarata del Nilo, al sur de Egipto propiamente dicho. (13) Su existencia se conoce desde, por lo menos, la Cuarta Dinastía, i.e., contemporánea a las Grandes Pirámides de Guiza – con lo que volvemos a encontrar otra "coincidencia" significativa, o, quizás, otra evidencia de los conocimientos de Lovecraft sobre el antiguo Egipto - (14)


Irem, la ciudad de los pilares
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  • (1) Uso la edición H.P. Lovecraft, La ciudad sin nombre y otros cuentos (Buenos Aires: Need Ediciones, 1998), pp. 65-91. Traducción de Mauro Cancini.
  • (2) Ibid., p. 65.
  • (3) Véanse mis comentarios preliminares en la primera parte de esta serie, § 1.
  • (4) Sobre la planicie de Guiza, ver i.a. J. Baines-J. Málek, Egipto. Dioses, templos y faraones, vol. II (Barcelona: Ediciones Folio, 1993), pp. 156-64, esp. 163-4; A. Siliotti, Egipto. Arqueología e historia del antiguo Egipto (Barcelona: Ediciones Folio, 1997), pp. 126-34; o la Guía Océano: Egipto (Barcelona: Océano Grupo Editorial, 1999), pp. 177-87.
  • (5) Ver el artículo de F. Pérez Vázquez, La transcripción castellana de los nombres propios egipcios, on-line en ww.egiptologia.com sección "Escritura".
  • (6) Para el monumento ver, i.a., A. Siliotti, o.c., pp. 138-40; o la Guía Océano: Egipto, loc.cit.
  • (7) Esta construcción fue explorada, por primera vez, por el barón alemán Von Minutoli y el italiano Girolamo Segato, en 1821; ver A. Siliotti, El descubrimiento del antiguo Egipto (Barcelona: Ediciones Folio, 1997), pp. 182 y ss.
  • (8) Esta voz árabe significa "banco, asiento", y designa un tipo peculiar de banqueta en ladrillos o piedra, que orna las paredes externas de las casas antiguas de El Cairo, o que es frecuente encontrar adosadas a los frentes de las casas campesinas; es el lugar favorito para la tertulia y el reposo con amistades, así como el sitio de reunión que convoca una buena pipa de agua o shisha (el afamado narguile). En la jerga egiptológica se usa para designar un tipo de tumba que tiene forma de trapecio truncado; fue impuesta por el francés Auguste Mariette, desde su publicación Les mastabas de l´ancien empire égyptien (París, 1889).
  • (9) Para el hallazgo de la tumba, ver H. Carter, La tumba de Tutankhamón (Buenos Aires: Ediciones Destino, reed. 1994).
  • (10) Sobre los ataúdes egipcios con estas características, ver i.a. J. Wiesner, El arte egipcio; col. Historia del Arte Universal, vol. 3 (Bilbao: Ediciones Moretón, 1967), fig. color n° 9; A. Siliotti, Egipto, pp. 197 y ss.
  • (11) Sobre los Colosos de Memnón y el templo funerario de Amenofis III, ver i.a. A. Siliotti, Egipto, pp. 244-5; J. Baines-J. Málek, Egipto, vol. I, pp. 94 y ss.
  • (12) H.P. Lovecraft, En las montañas de la locura y otros relatos; col. Biblioteca Temática, vol. 8.154 (Madrid: Alianza Editorial, 2ª reimpresión, 2000), pp. 7-160.
  • (13) Sobre Irem existen sólo referencias en la literatura especializada; p.ej.,
  • (14) En una inscripción rupestre hallada en la región de Elefantina, se consigna la reunión entre el rey Micerino y los grandes jefes de ciertas regiones nubias, entre las que se cuenta Irem.

Anticuario H.P. Lovecraft

 

 

 

 

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