A continuación os ofrecemos una interesante crítica sobre "La Vergüenza" que nos han cedido nuestros amigos del blog Ruta42.
La Vergüenza, la gran triunfadora del reciente Festival de Málaga al llevarse los premios de mejor película y mejor guión, se estrenó el pasado jueves en los cines. Pero antes ya hablamos en una interesante entrevista con la actriz Natalia Mateo.
Pepe (Alberto San Juan) y Lucía (Natalia Mateo) no pueden con Manu. Lo han intentado todo, pero es inútil: el niño que adoptaron hace apenas un año les viene grande, no se hacen con él, y han decidido devolverlo. Sin embargo pronto se dan cuenta del precio que deberán pagar si quieren seguir adelante con su plan.
La Vergüenza se acerca al siempre conflictivo mundo de las parejas. Sorprende la humanidad de los personajes, llenos de errores y de dudas. La vergüenza en reconocer esos errores, la madurez, las mentiras y el ir tirando es la base de una historia en la que todos los personajes tienen mucho que contar y reconocer. Parece que todo el mundo tiene la solución a los problemas de los demás pero, es curioso, que no son capaces de solucionar sus propios errores. Resulta maravillosamente sorprendente el retrato de los dos personajes protagonistas: Pepe es un niño grande que no está dispuesto a renunciar a sus hobbies y a sus vicios de cuando era joven y, sin embargo, Lucía sí está dispuesta a renunciar, a olvidar y a perdonar por conseguir una vida feliz con el niño. Ambos se están mintiendo a sí mismos. Una pregunta que puede surgir al final la película es si la pareja protagonista sería capaz de educar un hijo propio, por la actitud que tienen ante los problemas del crío y su egoísmo. Pero es difícil saber actuar correctamente.
El espléndido guión es del propio director David Planell, y es capaz de contar y describir, en un solo día de acción, a los personajes desde su apariencia hasta sus lágrimas, desde la mentira hasta la verdad. Incluso resulta muy interesante el personaje de Rosa la criada. Prácticamente el guión es la película, y está lleno de metáforas pero se echa de menos alguna descripción sin palabras, con el único uso de la cámara, como una mirada perdida o como que Pepe se quede mirando a los peces mientras el hijo no se lava los dientes. La película es un excelente retrato de un sector de la sociedad, recalando en el guión el protagonismo del film y nos brinda momentos brillantes como el de la pregunta absurda.
Ópera prima de David Planell, director curtido en los cortometrajes, nominado al Goya por Carisma y por el guión co-escrito con Gracia Querejeta por Siete Mesas de Billar Francés. Los actores se encuentran a la altura del excelente guión: Alberto San Juan (El Otro Lado de la Cama, y obtuvo el Goya por Bajo las Estrellas), Natalia Mateo (El Patio de mi Cárcel), Marta Aledo, Norma Martínez, Esther Ortega y Brandon Lastra. La decoración del piso expresa una parte importante de la vida de los personajes así como su vestuario, sobre todo el de Lucía. La banda sonora es magnífica y muy acorde a la historia y a las imágenes, recuerda a la música de Revolutionary Road.
Esta película es social, valiente y afilada que gustará al espectador que vea reflejado a algún conocido suyo en los personajes. Es cine español del que hablan y mucho, pero es cine cercano, es una historia de gente real, con personajes de carne y hueso.
La Vergüenza, la gran triunfadora del reciente Festival de Málaga al llevarse los premios de mejor película y mejor guión, se estrenó el pasado jueves en los cines. Pero antes ya hablamos en una interesante entrevista con la actriz Natalia Mateo.
Pepe (Alberto San Juan) y Lucía (Natalia Mateo) no pueden con Manu. Lo han intentado todo, pero es inútil: el niño que adoptaron hace apenas un año les viene grande, no se hacen con él, y han decidido devolverlo. Sin embargo pronto se dan cuenta del precio que deberán pagar si quieren seguir adelante con su plan.
La Vergüenza se acerca al siempre conflictivo mundo de las parejas. Sorprende la humanidad de los personajes, llenos de errores y de dudas. La vergüenza en reconocer esos errores, la madurez, las mentiras y el ir tirando es la base de una historia en la que todos los personajes tienen mucho que contar y reconocer. Parece que todo el mundo tiene la solución a los problemas de los demás pero, es curioso, que no son capaces de solucionar sus propios errores. Resulta maravillosamente sorprendente el retrato de los dos personajes protagonistas: Pepe es un niño grande que no está dispuesto a renunciar a sus hobbies y a sus vicios de cuando era joven y, sin embargo, Lucía sí está dispuesta a renunciar, a olvidar y a perdonar por conseguir una vida feliz con el niño. Ambos se están mintiendo a sí mismos. Una pregunta que puede surgir al final la película es si la pareja protagonista sería capaz de educar un hijo propio, por la actitud que tienen ante los problemas del crío y su egoísmo. Pero es difícil saber actuar correctamente.
El espléndido guión es del propio director David Planell, y es capaz de contar y describir, en un solo día de acción, a los personajes desde su apariencia hasta sus lágrimas, desde la mentira hasta la verdad. Incluso resulta muy interesante el personaje de Rosa la criada. Prácticamente el guión es la película, y está lleno de metáforas pero se echa de menos alguna descripción sin palabras, con el único uso de la cámara, como una mirada perdida o como que Pepe se quede mirando a los peces mientras el hijo no se lava los dientes. La película es un excelente retrato de un sector de la sociedad, recalando en el guión el protagonismo del film y nos brinda momentos brillantes como el de la pregunta absurda.
Ópera prima de David Planell, director curtido en los cortometrajes, nominado al Goya por Carisma y por el guión co-escrito con Gracia Querejeta por Siete Mesas de Billar Francés. Los actores se encuentran a la altura del excelente guión: Alberto San Juan (El Otro Lado de la Cama, y obtuvo el Goya por Bajo las Estrellas), Natalia Mateo (El Patio de mi Cárcel), Marta Aledo, Norma Martínez, Esther Ortega y Brandon Lastra. La decoración del piso expresa una parte importante de la vida de los personajes así como su vestuario, sobre todo el de Lucía. La banda sonora es magnífica y muy acorde a la historia y a las imágenes, recuerda a la música de Revolutionary Road.
Esta película es social, valiente y afilada que gustará al espectador que vea reflejado a algún conocido suyo en los personajes. Es cine español del que hablan y mucho, pero es cine cercano, es una historia de gente real, con personajes de carne y hueso.
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