Ganador del concurso de cortos que se organizó para celebrar el veinte aniversario del estreno de la película de culto Amanece que no es poco, de José Luis Cuerda, este corto escrito y dirigido por Natalia Mateo nos sumerge en los bellos paisajes que pudimos ver en esta película para narrarnos una historia tan bella como sencilla. De esta forma, esta realizadora todo lo reduce a la conversación que mantienen un padre con su hijo, mientras pasan unos días en el pueblo donde nació y pasó sus primeros años de vida el padre.
En teoría, con un argumento así poco podría contarse; pero en manos de una guionista con tantísimo talento como es Natalia Mateo, este planteamiento da pie para que en el corto se nos nos hable de cosas tan importantes para nuestra vida, con las que todos nos sentimos identificados, que tiene que ver sobre cómo cambiamos según vamos haciéndonos mayores y sobre cómo son las relaciones entre padres e hijos. Y todo lo consigue en apenas unos diez minutos donde a Mateo no le sobra nada, pero tampoco falta ningún detalle para relatarnos todo lo que quiere contarnos de una forma, a veces evidente y otras de un modo bastante sugerido.
Por otro lado, el guión rebosa clasicismo, amabilidad y una sensación de felicidad que hace que su visión sea una experiencia muy agradable de ver y disfrutar, algo en lo que ayuda la cuidada fotografía de la que hace gala el corto, que le hace una digna justicia a los paisajes que Natalia Mateo retrató en su guión. Siguiendo con el libreto, decir que si los personajes, con apenas un par de pinceladas, están notablemente construidos; los diálogos son todo un decálogo de cómo se deben escribir unos diálogos tan naturales y fluidos que bien podrían escucharse de los labios de un niño (o de su padre) en la realidad.
En cuanto a los actores, decir de ellos que tanto Luis Bermejo como Teo Planell hacen una labor muy creíble dando vida al padre e hijo de esta historia y, juntos, desprenden mucha química que le llega al espectador, haciendo que nos sintamos cómplices de todo lo que les ocurre a sus personajes. Luis suena muy convincente interpretando su papel y el niño Teo Planell es, sencillamente, todo un descubrimiento y hay que destacar la soltura y desparpajo con la que se mueve en cada escena. Todo este trabajo actoral está dirigido por Natalia Mateo, quien se estrena en solitario con Qué divertido en el apartado de dirección de actores, tras haber triunfado junto con Marta Aledo dirigiendo obras tan premiadas Test o Pichis. La realizadora en su primera experiencia en solitario hace un muy buen trabajo, centrándose en esos detalles que permiten que todo lo que escribió se reflejen en hacer que los espectadores nos centremos en los personajes, sus expresiones, sus miradas... Lo que quizá, es uno de los elementos más importantes de este cortometraje, amén de los mencionados diálogos o la historia en sí misma.
Qué divertido es, por tanto, un cortometraje imprescindible que agradará a todo el mundo, pues tiene la virtud de que podrá ser disfrutado por espectadores de todas las edades y condiciones, al habernos sabido relatar Natalia Mateo una historia universal, con (no me cansaré de repetirlo) el innegable talento que le caracteriza a esta joven actriz, escritora y guionista.
Poco puedo decir ya sobre este corto. Bueno, sí. Que podéis verlo en pantalla de cine en los festivales de cortometrajes por donde está siendo seleccionado o en Internet en este enlace:
Qué divertido en FIBABC
José Luis Mora
Increible cortometraje, me encantó.
Estoy estudiando producción de medios audiovisuales digitales y me interesaría verlo con mis compañeros de clase pero no he podido encontrarlo, alguien me podría ayudar. Gracias