-La primera pregunta es, ¿qué te llevó a escribir un argumento como el que tiene "Cuerpos descosidos"?
Hacía tiempo que me apetecía cambiar de registro, escribir algo un tanto más oscuro de lo que lo habían sido mis dos primeras novelas, que en ese sentido venían a ser básicamente historias de amor (o de desamor, en el caso de la segunda). Sin embargo, aunque tenía claro el tono que quería, no tenía tan clara la historia. Finalmente, la idea brotó tras ver Dans ma peau, un film francés muy inquietante sobre una mujer que está obsesionada con auto-mutilarse. Me estremeció saber que no sólo era una enfermedad real, sino que incluso había casos de lo más extremos. Así fue, en definitiva, como surgió el personaje de Eva, una mujer que padece este tipo de enfermedad. Empecé a indagar en su pasado, a preguntarme qué la pudo haber llevado a hacerse de forma sistemática lo que se hacía a sí misma. Y bueno, así fue como fueron saliendo otros personajes y sus respectivas historias. Fue un proceso yo diría que bastante orgánico.
-Tu novela está protagonizada por personajes bastante complejos, ¿Cuál fue tu proceso de creación para darle la personalidad a cada uno de ellos?
Como comentaba antes, la semilla de la que brotó todo fue Eva, y los demás personajes venían a ser satélites rotando a su alrededor. Lo que ocurre es que algunos, como por ejemplo Lucio, fueron adquiriendo cada vez más cuerpo y, al final, acabaron imponiéndose. Ahora no diría que ninguno de los personajes de Cuerpos descosidos sea realmente un mero apéndice de nadie. Por otro lado, me suelen comentar que se trata de personajes bastante extremos, fuera de lo común, y sí, seguramente sea cierto. La única cortapisa que me puse a la hora de darles forma fue la verosimilitud. Tenían que parecer reales, creíbles... así que, pese a lo extremos que son, se trataba de evitar a toda costa que cayeran en la parodia. Debía ir con mucho cuidado, pues era extremadamente fácil que se me fueran de las manos. Pero creo que la jugada ha salido bien.
-Sin desvelar mucho de la trama, hay que decir que uno de ellos tiene una malsana obsesión por la automutilación. ¿cómo se te ocurrió dar vida a un personaje como este? ¿te documentaste con casos reales de personas que realizaban esta práctica?
Efectivamente. Tras el visionado de la película Dans ma peau (que, como decía, fue la que inspiró el personaje de Eva) me puse a investigar por Internet a propósito de esta enfermedad de la que hablaba el film. Me topé con algunos casos francamente espeluznantes, que llegaban a poner la carne de gallina, como por ejemplo el de un tipo que pidió a un cirujano de forma totalmente libre y consciente que le amputara una pierna sana. Yo no pretendía llegar tan lejos con Eva, desde luego, pero conocer estos casos me sirvió para entender el alcance de la enfermedad y los extremos que no me interesaba bordear. El tema ya es lo bastante peliaguado como para, encima, cargar las tintas, ¿no crees?
-Además, son personajes que no parecen resultar muy "simpáticos", ¿tuviste en algún momento la tentación de "traicionar" a los personajes para que estos fueran más cercanos hacia los lectores?
En concreto, digamos que me "apiadé" un poco de los personajes de Isabella y Eva. O más que apiadarme, lo que quise fue arrojar un poco de luz a tanta sombra. Nunca me han gustado los personajes que son 100% buenos o 100% malos, y en esta historia menos que nunca. Pero el caso es que, a veces, sí me pasé un poco tratando de darles contrastes. Por ejemplo, había un tramo de la novela en el que se daba cierta reconciliación entre Lucio e Isabella y descubríamos que ella no era tan repelente o tan cuestionable... pero a Pily B, mi editora, no le acabó de convencer, pensaba que la narración perdía fuerza en ese tramo, y lo cierto es que tenía razón, así que difuminé ese aspecto. Sea como fuere, considero que los personajes de Cuerpos descosidos tienen la suficiente alma, el suficiente empaque, como para que el lector los comprenda. No digo que te sientas necesariamente identificado con ellos o que apruebes cómo son o lo que hacen, pero sí que entiendas por qué son así y por qué hacen lo que hacen.
-¿Es, por tanto, "Cuerpos descosidos" una obra sobre personas que están fuera de lo que consideramos normal o pretendiste crear algo más universal?
Yo más bien diría que Cuerpos descosidos se sirve de personajes fuera de lo que consideramos normal para hablar de temas universales, que nos atañen a todos. De cualquier forma, creo que dentro de la historia también se juega un poco con qué es normal y qué no lo es, así como qué es más tranquilizador en cada caso: ahí tenemos a Lucio o Renée, sin duda dos personas de lo más marginales, pero que sin embargo son posiblemente los personajes más positivos del libro... y por otro lado, tenemos al párroco del pueblo inglés, un personaje que podríamos considerar de lo más normal, pero que a puerta cerrada hace cosas de lo más reprobables.
-Con unos personajes tan profundos e intensos como los que creaste, ¿te era complicado desconectar de "Cuerpos descosidos" cuando cada día dejabas de escribir el manuscrito de la novela?
En realidad, no del todo. Escribir tiene mucho de juego y, en ese sentido, hay que saber desconectar. Sin embargo, sí es cierto que hubo un par de momentos (precisamente, aquellos más catárticos de la novela) en los que metí tanto en la historia que después me costó un poco salirme de ella. Recuerdo, sobre todo, el final del último capítulo en el que aparece Eva. Como sabrás, es una escena bastante fuerte, que penetra muchísimo en la psicología de este personaje justo en los momentos previos a una acción bastante terrible que está a punto de cometer. Pues bien, he de admitir que me afectó bastante meterme en la mente de esta mujer destrozada justo en ese pasaje. Pero vamos, por suerte el efecto sólo duraba un rato. Nada que una copa y unas risas no puedan soliviantar... je, je.
-Narrativamente tu novela parte de la premisa de estar narrado cada capítulo por uno de los tres personajes más importantes de la misma. ¿Te era complicado darle una voz distinta a cada episodio, para adaptarte a lo que dijera o sintiera cada personaje que lo relatara?
Lo más importante en este aspecto es creerte lo que estás escribiendo, olvidarte de ti mismo como escritor y persona y dejar que sea el personaje quien hable. En cierto modo, podría decirse que es una especie de posesión, de estado de conciencia muy concreto que emerge de forma más o menos natural. Sé que suena un poco a locura"new age", pero yo lo veo así. De hecho, estoy convencido de que es el único modo de evitar que tu voz como autor interfiera con la de los personajes y acabe convirtiendo aquello en un galimatías. Tan sólo se trata de cambiar el chip en cada momento y adaptarse a las distintas voces que vaya exigiendo el relato.
-Hay quien dice que "Cuerpos descosidos" no es una novela de terror al uso... ¿Para ti qué es el terror, y más hablando de las situaciones que pueden leerse en tu libro?
El terror es una de las emociones más poderosas y genuinas que existen, y como materia literaria es una auténtica bomba. Supongo que quienes no ven claro que mi novela sea de terror lo hacen porque, en efecto, se trata de una novela muy poco genérica en ese sentido. Rehuyo mostrar en primer plano los detalles más escabrosos, a menudo dejo en off los pasajes con ese suspense escalado que se supone ha de culminar en una orgía de sangre y muerte... y, desde luego, evito todo arquetipo propio del género. Por ejemplo, sólo aparece una casa embrujada, y ni siquiera queda claro que lo esté, aparte de que su presencia es meramente anecdótica. Los demonios que aparecen son los demonios personales de los personajes. Los monstruos que hay son los que habitan en determinadas personas. El auténtico horror no surge del infierno, sino de las acciones de personas presuntamente responsables y adultas. Yo creo que si hay un tipo de terror al que se asemeje en cierto modo Cuerpos descosidos es al que hay en el relato de Shirley Jackson "La lotería". En ambos casos, vemos historias más o menos cotidianas con elementos dispersos que tal vez inquietan, tal vez perturban, pero que no consideraríamos que contengan horror... al menos, hasta que llegamos al tramo final y todo empieza a cobrar un significado espantoso.
-Una de las cosas que más me llaman la atención de tu trabajo es lo elegante que eres a la hora de mostrarnos los hechos más escabrosos que ocurren en esta historia. ¿Fue algo premeditado? ¿Es mejor, en ocasiones, sugerir antes que enseñar?
Creo que esto se debe al momento en que escribí la novela. Justo en aquella época venía de terminar El manjar inmundo, una antología de cuentos de horror gótico donde el terror que desarrollé era mucho más explícito y abierto, quizás más puramente genérico, de modo que me apetecía experimentar con un tipo de terror algo más resbaladizo y sutil (vamos, tanto que muchos ni lo ven... je, je). Además, también es cierto que, al no contar con la coartada de un terror más genérico, y por tanto quizás algo más "inofensivo", temía que si mostraba en un primerísimo plano algunas de las cosas que pasan en la novela, ya de por sí terribles, el efecto conseguido podría ser el contrario del buscado, es decir, que me arriesgaba a caer en el morbo por el morbo y perder fuerza y poder de sugestión. Resumiendo, que podía incurrir en vulgarizar el horror de la historia, vaya, en quitarle hierro sin pretenderlo. Yo creo que, muy a menudo, es más terrible e inquietante lo que no se ve, lo que no se cuenta, lo que simplemente se imagina, que aquello que te plantan en bandeja delante de la cara.
-"Cuerpos descosidos" desprende un estilo muy clásico, casi de novela de género de hace un par de siglos. Supongo que eso te lo habrán dicho otras veces...
Curiosamente, menos de las que se podría pensar. Si mal no recuerdo, el primero que hizo alguna mención al respecto fue Fernando Cámara, en el prólogo del libro, donde decía algo así como que no sabía si Cuerpos descosidos tendía un puente a un posible futuro del género o un ancla que nos remitía al pasado del mismo. También decía no saber si soy muy moderno o un señor decimonónico. A este respecto, quizás Guillermo Arróniz López fue aún más al fondo de la cuestión durante la presentación en la librería Estudio en Escarlata, donde sacó a colación las novelas dickensianas por entregas, debido a esos finales un poco con cliffhanger incorporado con que cierro los capítulos de mi libro. Otra cosa que comentó, y que me hizo mucha gracia, es que me veía como una especie de Dostoievski que se niega a facilitar así como así la redención a sus personajes. Fue un comentario muy simpático, la verdad. En todo caso, nunca pretendí buscar de forma premeditada un estilo clásico para la novela, aunque creo que sí es posible que lo tenga.
-Para ir terminando, ¿qué les dirías a quien se esté leyendo esto para que se anime a leer tu novela?
Les diría que, con lo caros que están los libros, este ale a un precio más que asequible. Además, aunque se encuentra en tiendas como la Fnac, La Casa del Libro o El Corte Inglés, si lo piden a la librería online de la editorial NGC Ficción!, se lo hace llegar directamente a casa sin gastos de envío ni nada. De todas formas, si nos dejamos el vil metal a un lado, en Cuerpos descosidos encontraréis una novela de terror no precisamente al uso, con personajes que dudo os dejen indiferentes, carga emocional, tensión in crescendo y un desenlace que está siendo bastante comentado. Si ni con esto os convenzo, que espero que sí y ya estéis yendo a por vuestro ejemplar, os invito a visitar el blog oficial de la novela: http://cuerpos-descosidos.blogspot.com/
-Eso es todo. Gracias por tu amabilidad.
Mil gracias a ti, José.
José Luis Mora.
-Blog oficial de "Cuerpos Descosidos".
-Web oficial de NGC Ficción!, editora de "Cuerpos Descosidos".
-Tienda online de NGC Ficción!
-Ficha de "Cuerpos Descosidos" en la web de NGC Ficción!
Cortometraje "Un instante" (Presentación "Cuerpos Descosidos")
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