Esta joven actriz y escritora ha colaborado en numerosos y premiados cortometrajes, en series de televisión y en reconocidos largometrajes de cine independiente. Actualmente, la podemos ver como actriz y escritora de unos montajes teatrales que se están representando con bastante éxito en La Escalera de Jacob, una conocida sala de teatro alternativa madrileña.
Trabajar con Eva Redondo es un auténtico placer (fui su director en el cortometraje "Pesares"). Tiene tanto talento, ganas de trabajar y las ideas tan claras, que no es de extrañar que en los últimos meses esté tan activa a nivel profesional, tanto como actriz como en su faceta de escritora.
A continuación, os dejo la el resultado de esos tres cuartos de hora que duró nuestra conversación, en los que hablamos de sus proyectos pasados, presentes y futuros.
-La primera pregunta es la que solemos hacerle a todos nuestros entrevistados. ¿En qué momento te planteaste que lo tuyo era la interpretación?
La verdad es que yo creo que es una carrera vocacional. Desde pequeña siempre he tendido un poco a interpretar. Como soy hija única, normalmente me pasaba mucho tiempo sola en casa y me entretenía haciendo pequeñas obritas de teatro. Primero las hacía para mí y, después, cuando se me ocurría una idea divertida, me juntaba con mis primos y las hacíamos para mis padres.
El problema fue que yo terminé el instituto y claro, plantearle a mis padres que me quería venir a Madrid, recién terminado el instituto a estudiar interpretación, me pareció un poquito complicado. Lo comenté y mis padres me dijeron "¿Por qué no estudias primero una carrera con futuro -como dicen ellos, que hoy en día tampoco tiene nada futuro- y cuando la termines, si te apetece, estudias interpretación donde tú quieras?".
Estudié publicidad en Salamanca y cuando la terminé, vamos, me faltó tiempo para venirme a Madrid para estudiar aquí interpretación. Creo que, en realidad, es eso: es una carrera vocacional, como medicina, los profesores...
-Aunque sea una carrera vocacional, ¿te pusiste alguna meta a la que querías llegar?
La meta que me propuse fue vivir de la interpretación. Poder mantenerme económicamente trabajando como actriz. A día de hoy, puedo decir que la he conseguido, a pesar de que luego encontré otras vocaciones como el guión. Digamos que a día de hoy vivo del guión y la interpretación. Meta cumplida, por el momento. Siguiente meta: Seguir viviendo de esto. (Risas).
-¿Es importante formarte como actriz para dar la mejor interpretación que te sea posible?
En mi opinión, es fundamental. Porque la formación en interpretación lo que te aporta es tener una técnica a la que agarrarte. No sé, es como un cirujano. Uno puede tener dotes, puede ser muy bueno trabajando con las manos; pero si no tiene una técnica que le de precisión, no puede hilar tan fino. En el caso de la interpretación es igual: Una técnica te permite hilar más fino.
-¿La interpretación es una carrera en la que siempre tienes que estar renovándote y seguir aprendiendo cosas nuevas?
Creo que sí. Primero, está bien de vez en cuando reciclarse un poco. Has aprendido una técnica y un día dices: "Me apetece probar esta otra", porque al final, cada uno tiene su propia técnica, que suele consistir en un poquito de aquí y un poquito de allá. Y luego, por otra parte, está la vida, que creo que es la mayor fuente de formación. Un actor tiene que estar siempre con los cinco sentidos abiertos. Observar mucho, escuchar mucho, dejarse afectar mucho... la vida te está continuamente estimulando para que sigas creciendo como persona y como actriz.
-Eres actriz de teatro, de televisión, de cine... ¿qué diferencias encuentras entre actuar en uno u otro medio?
El teatro es el medio del actor. El cine es el medio del director. Y la tele es el medio de la velocidad... Creo que donde el actor puede tener más libertad es en el teatro.
El teatro es el medio del actor, porque el proceso de los ensayos te permite ir investigando, ir encontrando cositas que siempre van a enriquecer al final el resultado. El cine es el medio del director porque confluyen otros factores como pueden ser las marcas para la cámara necesarios, los encuadres... por lo tanto, supone que el actor esté más constreñido y no tenga tanta libertad. Lo cual no es mejor ni peor, simplemente es distinto. Y en la televisión, pues es como que lo tienes que tener para "ya". Normalmente no hay tiempo ni siquiera para repasar el texto. Tienes que llevar una propuesta muy clara... porque si no, no vas a tener tiempo casi ni de lo que te digo, de pasar el texto con tu compañero. Tampoco es que sea mejor ni peor, creo que sí que estaría bien pasar el texto un par de veces, pero bueno... también te obliga a estar más activo y a recibir más del otro en el momento, para tú mismo poder agarrarte a algo, porque claro si no, es complicado.
-¿Tienes algún sistema para prepararte los papeles que interpretas y meterte bien en la piel de los personajes?
Cada personaje lo abordo de una manera distinta. Suelo trabajar mucho con los antecedentes, quizá sea por el tema del guión -que me gusta mucho escribir-. Intento casi, casi escribirme toda la biografía de cada personaje que interpreto. Porque de alguna manera, creo que me ayuda a conocerlo más, a acercarme más a él. Casi siempre parto de un pasado para poder estar en ese presente del personaje.
-¿Qué tipo de personajes te gusta más interpretar?
La verdad es que todos los personajes. Sí que es cierto que hay algunos personajes que están más cercanos a mí. Por alguna extraña razón me resulta más sencillo interpretar personajes con cierta autoridad. Lo cual es extraño porque luego en la vida no soy nada autoritaria, todo lo contrario. Ya me gustaría. Ese tipo de personajes me resultan más sencillos. Me gustan todos los personajes, la verdad.
-Ya que has hablado de que te gusta escribir, ¿qué te animó a escribir tus propias historias?
Pues me animaron mis inquietudes, tengo muchas inquietudes y también veo muchas cosas que no me gustan o, al contrario, cosas que me gustan mucho y me gusta reflejarlas. Cuando yo era mas joven escribía pequeños relatos para mí, pero cuando empecé a estudiar guión y estudie también algo de dramaturgia, me di cuenta que ese era el medio. Yo creo que cada uno tiene un medio en el que se siente muy cómodo escribiendo. Unas personas en la poesía, otros en el relato... yo descubrí que era en el formato de guión en el que me sentía cómoda. Me parece importante en ese sentido ser responsable. Yo intento ser responsable con lo que escribo, escribir algo que realmente quiera cambiar o quiera criticar o quiera dejar constancia de que es algo plausible.
-¿Te inspiras en algo para construir tus guiones o libretos?
Me suelo inspirar en la vida. A veces quizá en alguna noticia, muchas veces son pequeñas vivencias del pasado o algún recuerdo difuso del pasado, también suele ser inspirador. Incluso anécdotas que te cuenta otra gente.
-Como actriz, participas en algunos textos que tú misma escribes para cine o teatro, ¿es complicado escribir algo que luego vas a interpretar?
No, al contrario. A mí me resulta mucho mas sencillo, porque he vivido el proceso del personaje desde que nació. Me resulta más complicado actuar en cosas que luego dirijo, eso sí me resulta mas complejo. Porque claro, estar en una obra de teatro desde dentro como actriz, hace que quizá no tenga una visión de mí misma desde fuera como directora. Ahí suelo pedirle ayuda siempre a Daniel Ramírez.
-En teatro formas parte de la obra "Sketchofrénicos. Enfermos de humor", junto a Manuel Burque, ¿cómo nació la idea para montar la obra?
Burque y yo nos conocimos en la universidad. Él estudiaba comunicación y yo publicidad y ahí teníamos un grupillo de teatro. Después, nos vinimos los dos juntos a Madrid, y estudiamos en la misma escuela de interpretación y de repente un día nos dimos cuenta que teníamos un sentido del humor muy parecido. Nos hacían gracia las mismas cosas y podíamos estar horas haciendo nuestros propios chistes. Entonces, una vez nos fuimos de cuentacuentos por España y en el autocar nos empezábamos a imaginar situaciones. "¿Te imaginas que tal ja ja, ja ja?" y nos hacía mucha gracia. Nos decidimos a escribirlas y un buen día dijimos "¿oye por qué no las hacemos y empezamos a improvisar cómo sería hacerlas en escena?" Ahí empezó. Luego grabamos un capítulo piloto que estará por ahí, que se llamaba "El informe pimpollo". Ahí eramos tres y esa es la base de "Scketchofrénicos".
-¿En qué os fijáis de nuestra actualidad o nuestra sociedad para elaborar los sckecths?
Pues mira, intentamos pequeñas criticas sociales. Por ejemplo, criticamos el racismo o la intolerancia; criticamos el abuso de poder; criticamos el consumismo... Utilizamos el humor para hablar de aquello que no nos gusta y creo que por eso la gente se incomoda tanto.
-Ya que hablamos de gente que se incomoda, ¿os ponéis algún límite a la hora de contar cosas que no son precisamente de humor políticamente correcto?
No. Hemos hablado mucho de este tema, porque es verdad que hay gente que alguna vez ha venido a vernos y se ha sentido ofendida. Entonces, nosotros pensamos en cambiar algunas cosas del espectáculo, pero pensamos al final que no, porque el humor no tiene que tener límites. Nosotros utilizamos el humor para poner en evidencia que esas situaciones que están ahí reflejadas no están bien. Cuanto más libre sea el humor y más incomodes público, más tiempo le da a reflexionar sobre lo que esta viendo. Si le dejas en un estado de mera risa y mero divertimento no va a reflexionar. Sin embargo, si consigues darle un poco mas hondo y golpearle un poquito, quizá esa pequeña ofensa haga que se pare a reflexionar sobre lo que esta viendo.
-¿Cómo hacéis para combinar humor y crítica social?
Lo que hacemos primero es pensar qué es lo que queremos criticar. Después, pensamos cómo llevar eso al extremo y, después, nos ponemos a improvisar sobre esa situación.
-¿Es complicado escribir humor?
Es más complicado escribir humor que escribir drama, sí yo creo que sí.
-¿Qué soléis hacer para saber si los sketchs y situaciones que escribís van a gustarle al público?
Tenemos una ley: si nos hacen gracia a nosotros dos, las vamos a hacer, independientemente de que les vayan a gustar al público o no. Es decir, nos arriesgamos mucho en ese sentido y, a la contra, si a unos de los dos no les hace gracia, entonces no lo hacemos. Casualmente, pues las cosas que nos hacen gracia, hemos descubierto que a la gente les hacen gracia. Es cierto que no a todo el mundo.
Creo que el espectáculo de "Scketchofrénicos" tiene un público muy concreto, que uno percibe cuando estan en la sala. Es un humor muy gamberro y tiene que ser gente muy gamberra. Fijate, no tiene tanto que ver con la edad, como yo pensaba en un principio, que pensaba que era para gente de veinte o treinta. Viene gente de cincuenta que le encanta, todo tiene que ver con una cuestión de gente que sea muy abierta, que no sea remilgada, que sea capaz de ver mas allá del skecth, de leer entre lineas...
-Como contáis tantas situaciones disparatadas, ¿como os podéis contener un ataque de risa si os da?
Pues alguna vez directamente nos da. Sobre todo a mí me cuesta controlarlo, así que lo que hago es integrarlo. Me río, suelto el impulso de reír, y ese personaje en concreto que esta haciendo ese skecht, se ríe.
-¿Improvisáis algunos diálogos o situaciones?
Casi todos.
-¿Renovais los skechts que se pueden ver casa semana en vuestra obra?
Sí, cada cierto tiempo intentamos hacer una revisión del espectáculo. Quitamos sketches que quizá a nosotros mismos nos empiezan a aburrir, metemos otros que teníamos en el cajón, escribimos alguno nuevo para probarlo y vamos reciclando, porque eso también a nosotros nos motiva mas.
-¿Le queda cuerda para rato a Sketchofrénicos?
Yo creo que sí. De hecho, ahora mismo está muy posicionado. Estamos en la Latina, en la Escalera de Jacob de la Latina, los sábados a las 20:15h. Creo que hemos conseguido que en esa franja horaria funcione muy bien el espectáculo y hemos conseguido que empiece a venir justo el público que es el idóneo para nuestro espectáculo.
-Hace un tiempo organizasteis una iniciativa por Twitter y fue mucha gente a ver la obra, ¿como fue eso?
Mi compañero, está muy metido en Twitter -yo me he metido, pero me cuesta un poco mas la verdad, me da un poco de pereza, no tengo la constancia suficiente y no tengo Iphone- y se le ocurrió a él la idea de invitar a tuiteros que tienen muchos seguidores y mucho sentido del humor, quizá muy parecido al nuestro, invitarles a ver Sketchofrénicos. Ese día fue espectacular, porque vinieron cincuenta y cinco tuiteros con un sentido de humor muy parecido al nuestro y les encantó, les gusto muchísimo el espectáculo. Gente, por cierto, encantadora, que yo no conocía. Sólo conocía su avatar y su sentido del humor. La verdad es que fue gente muy maja. Han vuelto muchos, han repetido.
-Eso te iba a preguntar, ¿repite la gente?
Has repetido, sí. Además, nos han recomendado, porque ha venido mucha gente nueva y nos han dicho: "me lo recomendó tal o cual".
-Actualmente también estas con la obra Esquizofrenia, donde colaboras como actriz y guionista, ¿de donde te surgió la necesitad de contar una historia sobre personas que viven con esta enfermedad?
Entré a formar parte de un grupo de teatro en su día, donde se iba a escribir una obra sobre la esquizofrenia. Por circunstancias de la vida, al final terminé escribiéndola yo. En un principio era un tema que no me había dado a mi por indagar, pero de repente cuando empecé a investigar sobre la enfermedad y a conocer esquizofrenicos, a conocer a cuidadores y tal, empecé a sentir que era una necesidad, porque realmente empecé a sentir que tienen un trato muy injusto para el resto de la sociedad. Hay muy mala prensa sobre la esquizofrenia, que son personas que no se sienten comprendidas, que tienen muchas emociones que les cuesta manejar: como miedos, soledad, angustia... Y yo pensé que había que hablar de eso y que era necesario que la gente conociera la enfermedad pues para, simplemente, saber que es una enfermedad más. Es como el que tiene un cáncer y ya está, no es otra cosa y por hay empezó.
-¿Cuánto duró ese proceso de documentación?
Pues un año.
-¿Cómo intentaste integrar en el libreto todo lo que fuiste viendo?
Pues me quedé con aquellas cosas que más me llamaron la atención. En el caso de la enfermedad en sí, me quedé con las emociones que tenían los esquizofrénicos: el miedo, la soledad, la angustia...
Me llamaba también la atención cómo a la propia familia le cuesta asumir la enfermedad. De hecho, normalmente, entran en una primera fase de negación, donde la propia familia la niega. Y eso me llamaba la atención: cómo podían negar lo evidente. Y es simplemente por miedo a asumir que un hijo, un hermano o un padre tienen la enfermedad, eso también lo añadí al libreto.
Después, quería tratar el tema de la sociedad: cómo la sociedad los ve. Lo hice incluyendo el personaje de dos abogados que están en la obra. Y, también, quería hablar de la psiquiatría en este tema: cómo la aborda. Yo he visto a algunos psiquiatras, algunos terapeutas ocupacionales que verdaderamente adoran su trabajo y cada día se renuevan, inventan terapias o actividades para hacer. Luego hay otra rama, un poco mas de funcionariado, por así decirlo, que lo único que hacen es medicar. Realmente, la medicación es necesaria, pero yo pienso que tiene que ir acompañada de algo más.
-¿Te resultó duro escribir alguna parte del libreto?
Me resultó duro escribir todo, sí. Porque meterse en ese terreno que tiene que ver tanto con el mundo de las emociones y con el mundo del miedo pues es doloroso. Sí, me resultó duro.
-¿Qué historia se va a encontrar el espectador que se anime a ver Esquizofrenia?
Se va a encontrar con una historia muy diferente. Con una historia que, a priori, podría parecer muy caótica pero que, sin embargo, tiene un hilo conductor muy claro. Se va a encontrar un montaje muy vertiginoso con una sobre estimulación y se va a encontrar con sus propias emociones, yo creo.
-En esta obra también interpretas a uno de los personajes. Con algo tan intenso como lo que cuentas y lo que haces, ¿se te queda algo cuando baja el telón?
Sí, se me quedan muchas cosas. Mira, ahora mismo estoy interpretando varios personajes. Hay uno, el de la esquizofrenia, que es un personaje más de la obra. Es curioso porque la esquizofrenia como enfermedad la verdad es que no sabía bien de dónde agarrarme, así que finalmente lo que decidí fue llevarlo a la tierra, llevarlo a mí y fijarme pequeños objetivos con cada enfermo, cuando en realidad lo que ella quiere es que ellos se queden con ella, que estén con ella. Ella tiene el mismo miedo que los enfermos y es: "no te vayas, quédate conmigo. Yo también tengo miedo, no te alejes de mí". Y bueno, es curioso.
-¿Cómo notas que reacciona el público al ver la obra?
Pues mira, es muy sorprendente para bien, porque normalmente creo que es un problema que tenemos en general. Pensamos que el drama no vende, que el drama es aburrido, los propios distribuidores tienen esa opinión, las salas de teatro, también... Y, sin embargo, yo creo que el público agradece mucho el drama, ¿por qué no? El público cuando va al teatro quiere vivir emociones. La diversión es una, pero la angustia es otra. El espectador de Esquizofrenia reacciona, es muchísimo mas agradecido que quizá el de cualquier obra de comedia en la que haya estado yo.
En la sección de criticas de Atrápalo, sorprendentemente tenemos muy buena nota y yo creo que es porque el espectador, o por lo que me han dicho a mí, se identifica desde el primer minuto con los personajes, entran en esa obra y la viven casi como propia, lo cual es curioso.
-¿Dónde podemos ver la obra?
Con Esquizofrenia estamos los domingos a las 21:15h en La Escalera de Jacob de Lavapiés.
-Cambiando de medio, también has participado en varios cortometrajes, ¿qué tiene este formato para que digas "voy a participar en el rodaje de un corto"?
A mí me parece que es un formato genial porque te permite contar una historia en un tiempo que va desde el minuto hasta los veinticinco minutos. Entonces claro, eso suele hacer que los personajes, una de dos, empiecen en una situación muy crítica o tengan unas circunstancias muy extremas... se acelera todo mucho, quiero decir. Eso hace que para un actor sea muy interesante encarnar un personaje de cortometraje. La variedad de personajes que hay en cortometrajes es infinita y yo he encarnado personajes en cortos que sé que jamás voy a volver a hacer ni en teatro ni en cine, porque son directamente disparatados, porque son demasiado extraños y para un corto funcionan, pero para un largo, pues quizá no.
-Como guionista de cortometraje, ¿que tipo de historias te gusta contar? ¿cómo piensas que debe ser una historia para un corto?
A mí me gustan cada vez mas las historias sencillas. A mí me gusta contar una historia sencilla, porque creo que la vida en el fondo es eso, estamos cada día viviendo historias sencillas y que, sin embargo, nos afectan mucho. Últimamente me apetece contar eso.
-Uno de los últimos cortos en el que has participado es "Pesares", ¿cómo te metiste en un personaje que tiene que seguir adelante con su vida pese a todo lo que lleva detrás?
Ese personaje en concreto me gusta mucho por eso, porque es un personaje al que le pasaron cosas y decidió que quizá había una vía de escape, que era quizá la vía mas rápida pero que, sin embargo, asumió que la vida sigue. Yo creo que estaba empezando a valorar las pequeñas cosas que tiene la vida, que creo que es lo que aprende, aprende que pelando habas y hablando con su compañero de piso también puede ser feliz. Yo creo que ese personaje me lo lleve un poco a mí, es decir cuando uno descubre que hay pequeñas cosas de la vida que está pasando por alto por esta vorágine de velocidad en la que vivimos y, de repente, siente que tiene que aprender a valorar los pequeños detalles de la vida.
-¿Por qué crees que los personajes y la historia de Pesares parecen conectar tan bien con cierta parte del público?
Creo que es precisamente por eso, porque no son grandes personajes. Quiero decir, son grandes personajes pero no son héroes y tampoco son especialmente victimas. Son personas muy comunes en los que el espectador se puede ver reflejado con mucha facilidad, porque están ahí. Es como un día normal en la vida de cualquiera de nosotros y cómo esas dos personas se encuentran con un mini conflicto y cómo lo resuelven, que es simplemente diciendo: "bueno, sí que pena, pero qué le vamos a hacer. Seguimos adelante".
-¿Qué recuerdas con mas cariño del rodaje del corto Pesares?
Yo recuerdo la comida (risas) y el momento de pelar habas, que me gustó mucho, porque casualmente ni Jesús ni yo, habíamos pelado habas nunca y el hecho de que nos enseñarais a pelar habas, incluso me pareciera una actividad muy relajante, en ese momento me gustó mucho. En general, el buen ambiente que hubo, la dinámica de trabajo fluida, con mucho cariño...
-Otro corto en el que te podemos ver recientemente es "La bolsa o la vida" de Marilu Marciel y Juan Carrascal-Ynigo. ¿Cómo intentaste compaginar el humor con el drama que estás mostrando, para que el mensaje del corto le llegara a la gente?
Yo creo que los contrastes funcionan muy bien en el humor. Por ejemplo, si estás contando una situación dramática y ves que el que la cuenta está frivolizando, en el espectador provocas un efecto de contradicción tan grande que de repente va a empezar a... En el caso de este corto en concreto, lógicamente el espectador está juzgando a la presentadora y eso es lo que tiene que hacer, juzgar a la presentadora, que son aquellas compañías que están traficando literalmente con la comida.
-¿Recibiste documentación sobre todo el tema que trata el corto antes de dar vida a la presentadora?
Pues mira, no. Como últimamente me había dado a mí por ver mucho documental, del tipo Inside Job... Había visto el de Food. Inc y había quedado espantadisima, me pareció espeluznante, me dio mas miedo que El Exorcista ese documental porque ver cómo se esta especulando con la comida, que es un bien de primera necesidad, me parece ya el colmo de la inhumanidad. Había visto hacía poco ese documental, me llegó este guión y dije "es maravilloso, qué bien". Además, lo pensé así, es necesario. Hay que hablar de esto, no nos puede pasar lo que está pasando en Estados Unidos.
-¿Crees que los medios generalistas nos dan suficiente información sobre lo que pasa con el tema que denuncia este corto?
No, de hecho creo que no nos dan ninguna información. Abren todos los días los telediarios con economía sobre si tal agencia nos baja la nota, si estamos entrando en recesión, si tal noséqué... Es decir, bueno ya está sí lo sabemos pero, ¿por qué esta necesidad de meter más miedo? ¿Es que el miedo viene bien? Por que yo creo que sí. El miedo viene muy bien, porque mucha gente me comenta: "no, en mi trabajo estoy muy explotado, pero claro tal y como esta la cosa..." Y es no. Vale, estamos en una situación crítica, pero intentan que el miedo nos esté paralizando.
Creo que es necesario, deberían verse en todos los institutos este tipo de documentales, en los que se habla de la privatización de la sanidad, los que hablan de la especulación con la comida, los que hablan de la especulación con el gas, dentro de poco va a ser con el agua... para que no nos coja desprevenidos, para que digamos "esto aquí, por favor; no puede pasar". Yo hablo del género documental, pero otra gente puede decir "es necesario leer este libro". Perfecto, pero hay que saber lo que pasa, porque si no, nos va a pillar por sorpresa y no vamos a poder pararlo.
-Actualmente se encuentra en post producción "La primera piedra" de Daniel Ramirez y Angel Alegría, ¿qué nos puedes contar sobre este corto?
Es un corto de genero western que va a ser bastante impactante, me parece. Es un western muy peculiar, es un western porque está rodado en un poblado western, porque hay caballos y porque hay alguna pistola, pero lo que sucede es una situación paralela a situaciones que están ocurriendo ahora en la actualidad, y eso está muy bien.
-En "La primera piedra" colaboraste en la escritura de guión junto a Daniel Ramirez y Angel Alegría, ¿cómo es el proceso de escribir un guión entre tres personas distintas?
Es complicado, pero también es enriquecedor. Es complicado porque lógicamente para ponerse de acuerdo tres personas, es un debate constante. También es enriquecedor porque justamente hay seis ojos revisando un guión. Por lo tanto, uno puede hacer una sugerencia maravillosa, el otro además la puede mejorar y el otro extra mejorarla.
Lo importante de ese cortometraje es que trata el tema de cómo en todas las sociedades siempre se busca un chivo espiratorio al que hacemos responsable de los problemas de los demás. En la época que estamos viviendo desgraciadamente me temo que podemos buscar chivos expiatorios y me da a mí que los inmigrantes van a ser uno de ellos. Creo que este corto esta hablando un poco de eso.
-¿Intentasteis ser fieles al relato original en el que se basa "La primera Piedra"?
"Mientras agonizo", que es el relato en el que esta inspirado el cortometraje fue simplemente eso, una inspiración, sobre todo más que de guión de ambiente. Es decir, como cuando uno está leyendo ese libro, puede llegar a oler la atmósfera que describe creo que en el cortometraje se ha intentado también eso, que uno al verlo pueda oler el sudor, oler la madera, oler casi la sangre...
-¿Cuál es el personaje que interpretas en "La primera piedra"?
Pues yo ahí interpreto el personaje de Sara, que es una prostituta repudiada por el pueblo, de hecho se le tiene prohibida la entrada al pueblo y es una mujer muy vulnerable.
-"La primera piedra" se rodó en decorados del oeste de Almería, ¿qué sentiste al estar trabajando en un lugar que forma parte de la historia del cine?
Jo, es una maravilla. Estar en un decorado real a mi me parecio una maravilla, porque claro, es que directamente vas caminando por allí y es que tu fuente de inspiración esta hay mismo, la puedes ver, la puedes tocar, la puedes oler. Es maravilloso.
-¿Fue complicado rodar en exteriores?
Sí, porque el primer día de hecho nos cayó una tormenta. Fíjate, Almería es un desierto, llueve tres veces al año como mucho, pues a nosotros nos llovió, pero además parecía el diluvio universal. Parecía que se iba a acabar el mundo al día siguiente, y como claro estábamos en barro, el barro nos llegaba hasta la rodilla. Yo recuerdo de ver a todo el equipo técnico y artístico tiritando, yo tenía ganas de llorar ese día, porque claro el frío estaba metido en los huesos. También tengo ganas de verlo porque eso, supongo, afectó a la interpretación de todos ese día. Me gustaría ver el resultado de si se aprecia, no se aprecia o en que manera se aprecia.
Luego ya el resto de días hizo un sol de justicia, lo cual para mí que soy friolera fue mucho mejor. No fue complicado rodar en exteriores en cuanto a luz se refiere, pero sí en cuanto a climatología, por ser tan extrema.
-¿Cómo llevaste las largas sesiones de maquillaje y caracterización que tenías que tener en ese corto?
Pues muy bien, porque teníamos a dos maquilladores que realmente lo hacían increíblemente rápido y mira que era una caracterización la que teníamos todos bastante compleja. Pero ellos, la verdad es que lo hacían muy rápido. Aparte eran encantadores, como siempre los maquilladores suelen ser encantadores. Era una maravilla.
-¿Cuándo crees que podremos ver "La primera piedra"?
Pues no tengo ni idea, porque ahora están en proceso de montaje y luego sé que tiene que pasar por postproducción. Espero que de aquí a cuatro meses. Me gustaría mucho.
-Para terminar, ¿podrías contarnos futuros proyectos en los que vayas a participar?
Pues mira, ahora mismo hemos creado un grupo creativo de trabajo Daniel Ramírez, Marcos Vilariño y yo en el que nos hemos propuesto generar obras, piezas audiovisuales cada mes y cosas que nos motiven y supongan un proceso de investigación, que nos interese por algo. Bueno ese proyecto que creo que esta bien, tener una constancia creativa.
Después, Estoy empezando a dirigir una obra de teatro con dos mujeres, dos señoras, trabajo bastante interesante. Estoy creando también con la compañía de "Esquizofrenia". Vamos a intentar también, igual que te digo en el otro marco creativo audiovisual, crear también en el marco teatral.
Y proyectos así concretos, voy a escribir un par de cortometrajes para presentar a subvención y quiero rodar un cortometraje, pero basado en la improvisación. Me apetece también investigar bastante ese campo.
Luego tengo que decir también que estoy en un curso con Sanchis y Misterra que es una estimulación, una fuente de inspiración un proceso creativo, un trabajo de laboratorio experimental, donde verdaderamente creo que todo el grupo nos estamos sintiendo muy vivos. Está siendo un entrenamiento de verdad brutal, porque nos esta estimulando a todos y él es maravilloso como persona y como artista, vamos.
-Pues eso es todo, gracias por tu amabilidad.
De nada Jose.
José Luis Mora.
Videobook Eva Redondo
VIDEOBOOK EVA REDONDO from Eva Redondo on Vimeo.
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