Una de las mejores cosas que
tiene organizar un festival de cortometrajes es la posibilidad de
descubrir obras maravillosas que no me canso de ver. Ese es el caso de
Dolores, un corto escrito y dirigido por Manuela Moreno y que en su periplo por festivales no para de recibir premios de una forma más que merecida.
Manuela Moreno, una joven realizadora que se está consolidando como uno de los nombres a tener en cuenta dentro de los cortometrajes, firmo con Dolores su primer trabajo y en su opera prima, desde luego que no se notó su falta de experiencia en estas lides. Así, nos relató una sencilla historia protagonizada por dos personas completamente diferentes que se encuentran en una solitaria parada de autobús. Pese a sus diferencias, comienzan a hablar entre ellos, a sincerarse y a sacar a relucir sus inquietudes o esperanzas...
Este corto cuenta con una loable dirección de actores y Manuela Moreno guía con maestría a los intérpretes que participaron en el rodaje para que den lo mejor de sí mismos en una obra que tiene un guión que sólo podría ser interpretado por unos buenos actores. En este sentido, decir que Dolores cuenta en su haber con un trío de actores muy solvente en el que incluso un papel pequeño como el interpretado por Belén Boluda está resuelto con muchísimo oficio.
Manuela Moreno, una joven realizadora que se está consolidando como uno de los nombres a tener en cuenta dentro de los cortometrajes, firmo con Dolores su primer trabajo y en su opera prima, desde luego que no se notó su falta de experiencia en estas lides. Así, nos relató una sencilla historia protagonizada por dos personas completamente diferentes que se encuentran en una solitaria parada de autobús. Pese a sus diferencias, comienzan a hablar entre ellos, a sincerarse y a sacar a relucir sus inquietudes o esperanzas...
Con esta premisa, Moreno nos
brinda un trabajo completamente redondo de marcado tono agridulce. El
guión destila sinceridad y realismo por los cuatro costados y su autora
no se anda con concesiones para evitar encajar con forceps situaciones que
satisfagan al espectador, si ello va en detrimento de ofrecer una
historia que sea coherente con la idiosincrasia de los personajes que
creó. Hablando de personajes, decir de ellos que están muy bien
construidos y que derrochan humanidad por los cuatro costados. Sus
personalidades están muy marcadas, pero no caen en los tópicos, y los
diálogos que sueltan son un prodigio de naturalidad y dinamismo, por lo
que todo lo que hacen o dicen nos resulta muy cercano. Con ello Moreno
tiene la cualidad de que nosotros, sus espectadores, nos sintamos muy
identificados con los personajes que ella crea y que terminemos
cogiéndoles cariño. Algo que ocurre especialmente en el caso de
Dolores, la chica que espera a que llegue el autobús.
Este corto cuenta con una loable dirección de actores y Manuela Moreno guía con maestría a los intérpretes que participaron en el rodaje para que den lo mejor de sí mismos en una obra que tiene un guión que sólo podría ser interpretado por unos buenos actores. En este sentido, decir que Dolores cuenta en su haber con un trío de actores muy solvente en el que incluso un papel pequeño como el interpretado por Belén Boluda está resuelto con muchísimo oficio.
Mientras, Manuela Burló y Rafael Ordorika
realizan una memorable actuación propia de lo GRANDES intérpretes que
son. Por un lado, Rafael Ordorika está perfecto en su papel de esa
especie de ejecutivo que parece vivir atrapado por un trabajo, una
novia y una vida que le agobia. Su mirada dice mucho y, con un simple
gesto de su rostro, le da todos los matices necesarios sobre lo que
debería estar pensando o sintiendo el personaje que interpreta. Por su
parte, Manuela Burló (actriz de indudable talento) nos regala
todo un recital de interpretación en el que destaca ante todo cómo es
capaz de hacer que un personaje que hubiera dado pie para una
interpretación histriócarinica y caricaturesca, nos resulte contenida y
entrañable. Cada gesto o frase que nos recita con verborréica soltura
tiene mucho trasfondo y muchos significados. Así, en manos de Burló, el
personaje de Dolores se convierte en un emotivo retrato de una chica
humilde que, a pesar de todo, tiene sus sueños, aspiraciones,
ilusiones... Burló lo hace tan rematadamente bien que los espectadores
podemos ponernos a sonreír ante cada ocurrencia que suelta; para,
después, ponernos algo más serios y pensar en que lo mismo que hay
dentro de Dolores está dentro de nosotros. De este modo, cuando el
cortometraje llega a sus títulos de crédito, nos quedamos con ganas de
saber más sobre el personaje interpretado por Burló y qué le ocurrirá a
continuación.
Sin duda, Dolores es uno de los más
grandes cortometrajes estrenados en los últimos años y, si tenéis
oportunidad de verlo en algún festival donde se proyecte, id corriendo
a verlo porque su visión merece la pena.
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