Muchas de las historias de amor que estamos acostumbrados a ver son bonitas, ideales e increíbles. Vamos al cine a pasar el rato y desconectar, pero en ocasiones nos encontramos con una historia distinta de lo habitual y así ha sido con Amores Locos.
La película firmada por Beda Docampo Feijóo, en la dirección y en el guión, me hizo pensar en un primer momento en el cómic "Amor Loco", quizá pueda parecer un poco extraño pero al final resultó que no lo era tanto, voy a explicarlo un poco.
En el tebeo que acabo de citar nos hablan sobre la intensa y destructiva relación de amor que mantienen Joker y su novia, Harley Queen. Ella está totalmente atrapada por él y no se da cuenta del infierno en el que está convirtiendo su vida. Es un amor loco, sin duda alguna.
Volviendo a nuestro ámbito cinematográfico seremos testigos de la extraña historia que surgirá entre Julia (Irene Visedo) una joven que trabaja en el Museo del Prado y Enrique (Eduard Fernández) un psicólogo que regresa a Madrid tras medio año centrado en sus investigaciones en el extranjero.
Una historia normal de principio pero que ya, desde casi el comienzo de la película, nos lleva hasta un amor loco por parte de Julia, que se empeña en creer que ambos son la reencarnación de un cuadro y el amor ficticio que entre ellos se ha creado.
Si bien ese es el hilo central de la película, poco a poco iremos viendo como realmente nadie de los que rodean a los protagonistas tiene un amor sano, todos ellos (de una u otra forma) están dentro de un amor loco y realmente no luchan por salir del mismo, quizá es más sencillo acostumbrarte a un laberinto que intentar encontrar la salida.
La excepción a esta regla es justamente el protagonista, Enrique que interpreta Eduard Fernández, el único de todos ellos que ha tenido un amor real y que por eso mismo es incapaz de amar, dando en parte la lectura que amar es una locura y todos estamos un poco locos.
La interpretación que Fernández nos brinda como el frío psicólogo Enrique, es realmente acertada. Vemos a un hombre estudioso, dolido y bastante frío que se enfrenta a la vida desde su trabajo, puntilloso con todo y analizando lo que a su alrededor sucede como si solo fuera un ensayo clínico más.
Si bien el trabajo que aporta Eduard Fernández me gustó y creo que hace un gran papel, no me sucedió igual con la actuación que realiza Irene Visedo como Julia, la joven enamorada. Quizá en parte ha influido que ya de base no es una actriz que me gusta, pero realmente el problema que encontré es que durante todo el metraje prácticamente mantiene la misma expresión, haciendo que realmente no nos lleguemos a creer al personaje que interpreta. Cierto es que podría ser una simple apreciación mía, pero también fue compartida por mi acompañante.
Hay que hablar, aunque sea solo un momento, del trabajo de las actrices Marta Belaustegui y Eva Pallarés.
La primera de ellas interpreta a la hermana del protagonista, una mujer inteligente dentro de un amor imposible y buscando siempre al hombre ideal para ella, pero que quizá ha estado allí delante sin que lo supiera.
Por su parte Eva Pallarés, con quien hemos tenido la suerte de contar en Cortos con Ñ, se mete en la piel de una bella y espectacular mujer, una profesional (que no puta, como dejan claro en la película) que es contratada por el mejor amigo del protagonista, que además está enamorado de ella.
Aunque la aparición de ambas es breve, más la segunda que la primera, hay que reconocer que sus actuaciones me resultaron de lo más interesante de la película y es una pena no haber podido verlas en un papel más largo.
También destacable es el apartado de vestuario, principalmente en el vestido de época que lucirá Irene Visedo, y la recreación del cuarto que aparece en la pintura flamenca que tan importante se ha vuelto en su vida.
Ciertamente Amores Locos es una película que gustará a todo aquel que vaya a verla.
Crítica escrita por Doc Pastor
Escribir un comentario