El sol calienta con toda su crueldad las llanuras de este desierto que estoy atravesando.
Queda poca agua en mi cantimplora y el caballo que monto está a punto de reventar de puro cansancio, pero debo seguir adelante. Esos bastardos se llevaron consigo lo que más me importa en esta vida: Mi pequeña Alice...
Se llevaron mis ovejas y, para que no me atreviera a perseguirles, cogieron a mi hija como rehén. Les compadezco por la estupidez que cometieron. Para mí no hay nada más sagrado en la vida que mi Alice. ¡Moveré cielo y tierra para rescatarla! ¡Ay de ellos como se les haya ocurrido hacerle algo! Entonces, caerá toda mi ira sobre ellos y les llenaré sus entrañas de plomo procedente de mi Colt 45.
¡Alto, ahí están! A apenas dos millas. Es mi oportunidad. Cargo el tambor de mi pistola y me dispongo a atacar.
Microrrelato escrito en un ejercicio de improvisación por Jose Luis Mora.
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